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En esencia, el CM es una institución que tiene como objetivo conformar las ternas para los cargos judiciales.
Es decir, es la puerta de acceso al Poder Judicial y al Ministerio Público, a lo que se suma la Defensa Pública.
Mientras que el JEM se encarga de investigar el desempeño de jueces y fiscales, antes de resolver si siguen en el cargo, los aperciben o los echan. Puede ser para algunos, o para muchos, la puerta de salida del Poder Judicial.
El espíritu de conformación de ambos cuerpos colegiados tiene el objetivo del control mutuo.
Si bien todos tienen que ser abogados, no solo este estamento tiene sus representantes en esas instituciones. También están representados los tres Poderes del Estado, a los que hay que sumar las universidades nacionales y privadas.
El CM está presidido por un político: el diputado oficialista Roberto González Segovia. Su actual vicepresidente es José Torres
Kirmser, quien después de jubilarse de la Corte Suprema de Justicia, ingresó al Consejo en representación de Derecho UNA.
La Corte Suprema tiene a Eugenio Jiménez Rolón como representante; el Senado, al liberal llanista Juan Bartolomé Ramírez (cuyo mandato vence este año), el Poder Ejecutivo, a Mónica Seifart, la universidad privada a Cristian Kriskovich (Derecho UC); el gremio de los abogados a Jorge Bogarín Alfonso, que tuvo el apoyo de los cartistas para llegar al cargo y a Óscar Paciello (cuya campaña fue apoyada por los adherentes del vicepresidente de la República Hugo Velázquez).
El Jurado de Enjuiciamiento tiene como presidente a otro político, el liberal llanista Fernando Silva Facetti, y el vicepresidente es Jorge Bogarín Alfonso (representante del CM).
Son miembros, los ministros de la Corte Gladys Bareiro de Módica y Manuel Ramírez Candia, los diputados Eusebio Alvarenga (liberal efrainista) y Hernán Rivas (colorado cartista), el senador colorado Enrique Bacchetta (exabdista) y el también representante del CM, Cristian Kriskovich.
En el caso de Kriskovich, sigue por reconducción tácita. La Universidad Católica pretende mantener su hegemonía ante el Consejo y si es posible ante el Jurado, a través del abogado César Ru-
ffinelli, que es un alto funcionario de esa casa de estudios. Pero actualmente se encuentra con la oposición de otras universidades que también aspiran a lo mismo. La convocatoria a elecciones de las universidades privadas es ahora materia de discusión en la Justicia Electoral.
La pregunta es, si hay tanto interés en integrar el CM y el JEM, ¿por qué ambos órganos son señalados como los que desaparecerían si hay una reforma?
La repuesta está en que ni la misma clase política, pese a tener el control de ambos órganos, cree en estas instituciones.
Hoy vivimos un momento en que el Poder judicial está en el ojo de la tormenta porque sus decisiones son desaprobadas y hasta repudiadas por la ciudadanía.
Ese Poder Judicial tiene su origen en el Consejo, cuyas acciones generan dudas como, por ejemplo, cuando se iba a elegir a la reemplazante de Miryam Peña en la Corte, hubo una providencial suspensión de la audiencia que era transmitida en vivo, tras la cual se conoció una terna de candidatos para el cargo, sin que se sepan los fundamentos de la elección.
En tanto que el Jurado quedó desprestigiado a partir del momento en que se filtraron audios que dejaban en evidencia cómo se manejaba la Justicia desde el sillón presidencial de esa institución. Si bien se buscó cambiar esa imagen, las decisiones tomadas con relación a magistrados que dejaron impunes a policías, dejan mucho que desear.
La reforma no pasa por hacer desaparecer esas instituciones. Sino que las mismas sean integradas por juristas probos que inclinen la experiencia y el conocimiento para decisiones que redunden en beneficio del Poder Judicial... y de nadie más.