“Que se vayan todos”

No existe cántico más representativo del hartazgo cuando las cosas no salen bien en el mundo futbolístico que el famoso: “Que se vayan todos, que no quede ni uno solo”.

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A juzgar por algunos escraches a políticos esta frase se está llevando también al léxico ciudadano en el que los posibles votantes hablan de castigar a todos los candidatos “porque ninguno vale la pena”.

Ese cansancio de la ciudadanía podría ser peligroso, porque “no votar a nadie” o anular el voto termina beneficiando a los candidatos de siempre, a los que viven de esos cargos hace generaciones y se valen de la estructura de sus partidos.

En síntesis, esa falta de interés en votar “porque todos son iguales” es una medalla de oro a los punteros, a los que compran votos y se mantienen con las promesas de cargos activando 24/7 cada vez que estamos en época de elecciones.

Nuestra obligación ciudadana debería ser siempre interesarnos en conocer a los candidatos, sus antecedentes.

El discurso de poner a todos en la misma bolsa beneficia solamente a los peores y le saca la oportunidad a personas que podrían aportar un trabajo más serio a las instituciones.

La falta de elección de los mejores candidatos permite que familias enteras sigan empotradas en los sitios de poder en múltiples ciudades de todo el país.

Las elecciones deberían ser precisamente eso, elegir a los candidatos que nos parecen adecuados para cumplir la función, hacerlo a conciencia.

Evitar votar solamente nos llevará a lo mismo de siempre, a dejar que la elección sea de otros sin siquiera intentar dejar de lado a los peores que desde hace décadas acaparan los puestos públicos sin idoneidad, sin honestidad.

La participación es clave pero no es lo único clave. El involucramiento ciudadano no solamente es fundamental para el día de las elecciones, también es importante y necesario durante los años que esas personas elegidas deben cumplir sus funciones.

Quedó más que demostrado en los años de democracia que el único contralor eficiente fue el pueblo.

Para que la gente pueda actuar efectivamente como contraloría de sus autoridades necesitamos transparencia en cada uno de los sitios en los que se maneja dinero público, sin esas herramientas regalamos el dinero de todos a los amigos, amantes, parientes de los que se creen dueños de los cargos públicos y permitimos que la corrupción siga decidiendo por nosotros.

arturo@abc.com.py

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