Estar listos

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Este domingo empezamos las cuatro semanas de preparación para la Navidad, que es el Adviento, y la Liturgia, recomendando pocas flores en el altar, el color morado, no cantar el “Gloria”, y con la hermosa “Corona del Adviento”, nos inculca un espíritu de sobriedad y de vigilancia, es decir, nos educa en la fe.

Cuando va a llegar alguien importante en nuestra casa solemos preparar muchas cosas, para que el visitante se sienta a gusto.

Así tendría que ser el espíritu que nos moviera por estos tiempos: arreglar nuestro corazón para un verdadero encuentro con el Niño Jesús, de modo que los ajetreos de diciembre y la fiebre de compras no nos hagan perder el significado de estas celebraciones.

El Evangelio nos exhorta a que estemos listos para el encuentro con Cristo, que es seguro que se dará, aunque nadie sabe cómo ni cuándo.

Jesús usa tres comparaciones para estimularnos a la vigilancia: los tiempos de Noé, dos hombres en el campo y la llegada imprevista del ladrón.

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Tiene que llamarnos la atención esta advertencia: “Dos hombres estarán en el campo: uno será llevado y el otro será dejado; dos mujeres estarán moliendo: una será llevada y la otra, dejada”. Es decir, quien analiza en una primera visión a los dos hombres –o, a las dos mujeres– aparentemente, están haciendo la misma cosa.

Los dos están trabajando en el campo y las dos mujeres están moliendo, sin embargo, el resultado es completamente diferente: uno es llevado, y el otro, dejado.

Es interesante ampliar la idea: veinte personas estarán en el cine, diez serán llevadas y diez serán dejadas; treinta personas estarán en la calle, quince serán llevadas y quince serán dejadas, cincuenta estarán en la iglesia, veinticinco serán llevadas y veinticinco serán dejadas.

Para estar listos y preparados para el encuentro con Cristo debemos poner en práctica tres virtudes: la humildad con que uno hace las cosas; la intención con que las hace y el esfuerzo constante, moralmente válido, para lograr una finalidad que resulte en beneficio personal, pero que también sea positiva para la familia y la comunidad.

Una actitud que nos ayuda bastante en la preparación para el encuentro con el Señor es la participación en la celebración hogareña “Navidad en familia”: procure usted formar un grupo para este novenario con sus vecinos y amigos.

Asimismo, el 1 de diciembre es el “Día Mundial del SIDA - VIH”, por tanto, colaboremos para que nadie contraiga tal enfermedad, ayudemos y recemos por aquellos que la padecen.

Paz y bien