Estacionar correctamente, una maniobra complicada

Volviendo a usar el mismo método que mi padre conmigo hace un montón de años, cuando mi hija mayor había adquirido nociones y experiencia de manejo suficientes como para aventurarse a empezar a conducir un vehículo en las calles, la sometí a la prueba de fuego: Fuimos a un sitio sin tráfico ni transeúntes que la pongan nerviosa y le pedí que estacionara en el espacio entre dos árboles, y que lo hiciera ingresando de frente y también en marcha atrás.

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Varios intentos –y algunos arrebatos de frustración- después, como que la maniobra le empezó a salir bien. “Excelente” le dije, “si aprendés a estacionar correctamente ya más o menos podés decir que sabés manejar”, preparándole de esta forma en ese proceso de la vida que implica empezar a salir de la casa para tratar de conquistar el mundo, que incluye el respeto a las reglas de tránsito y también tratando de templar su carácter ante los desafíos que supone conducir en cualquier país del planeta y en el nuestro en particular, donde no nos caracterizamos precisamente por el respeto a las leyes y reglamentos, y tampoco los mismos están hechos muchas veces con criterios bien definidos.

Hace un par de días, los asuncenos nos desayunamos con la noticia de que la Junta Municipal resolvió en una sesión extra el estacionamiento en forma tarifada en 3 grandes zonas de la capital. En puridad, no se trató de algo totalmente inesperado, tuvo lugar luego de un largo y no del todo claro tira y afloja, propiciado principalmente por el concesionario anterior –a quien en caso de rescisión de contrato se debía pagar una multa millonaria- dándose finalmente una bajada de línea desde la Intendencia a la Junta, siendo aprobada la resolución por una amplia mayoría.

Una larga historia de pruebas-error: Los asuncenos conocimos varias formas en que la Municipalidad pretendió cobrar por estacionar en ciertas zonas, que fueron desde las papeletas que el propio conductor debía rellenar con los datos de la fecha/hora de inicio para colocarlas debajo del parabrisas a los efectos de la visualización por parte de los Inspectores (que fracasó estrepitosamente porque las hojas, sencillamente, se reutilizaban), pasando por los parquímetros en los que se depositaban unas fichas que habilitaban el reloj en cuenta regresiva por el tiempo abonado -que rápidamente aprendieron a falsificar los muchachos-, y también otros métodos que no progresaron, hasta llegar años atrás a la concesión a la empresa Parxin, quien ganó el proceso licitatorio pero por diferentes motivos –no aclarados- no pudo llegar a implementar el servicio.

A la complejidad del parque automotor que creció desmesuradamente por la importación de vehículos asiáticos usados, amplia oferta de financiación de vehículos nuevos por empresas nacionales y miles de vehículos que ingresan desde el Gran Asunción e incluso más lejos a la capital cada día, se suma el pésimo servicio del transporte público, que en vez de colaborar a achicar la cantidad de vehículos particulares constituye uno de los motivos de que la misma crezca. En conclusión, los aproximadamente 470 mil vehículos registrados en Asunción sumados a los que entran de afuera, no tienen sitio suficiente para estacionar.

El problema social: La emigración de personas de áreas rurales hacia la capital en busca de mejores condiciones de vida continúa, con el fracaso de este éxodo al no encontrar estos ciudadanos fuentes de trabajo, y es así que niños, jóvenes y adultos de este casi 23% de habitantes del cinturón de pobreza de Asunción encuentran entre otras formas rápidas de conseguir poniéndose a trabajar de cuidacoches, lo que suma a la complejidad de la problemática y crispación social, tanto durante la jornada laboral normal como también para la asistencia a espectáculos públicos y la vida nocturna, tan importantes para la economía por el movimiento de dinero que generan.

Se burlan de nosotros: Al informar la forma en que quieren operar el estacionamiento tarifado, el sistema que utilizarán para dar empleo formal a los actuales cuidacoches, la georreferenciación del domicilio del propietario de los vehículos estacionados y muchos otros aspectos imposibles de llevar a cabo, parecería que consideran ignorantes a los ciudadanos, o piensan que somos todos hurreros dispuestos a festejar sus promesas y que, una vez más, nos resignaremos a una imposición que, así como se está queriendo llevar a cabo sin informar correctamente a los usuarios y claramente sin consenso, solamente puede estar condenado al fracaso. Un fracaso caro y previsible.

Antes como ahora, estacionar correctamente no es una maniobra sencilla. Se debe en primer lugar encontrar el lugar adecuado y permitido, saber realizar los giros de volante correctamente y dejar el vehículo a un máximo de 30 centímetros del cordón y mínimo de 50 de los vehículos estacionados delante y detrás, hasta allí la responsabilidad del conductor. La Municipalidad es responsable de que existan esos lugares, de dar –junto a la Policía Nacional- seguridad al propietario y, sobre todo, buscar asesoramiento de Municipios con experiencias exitosas -para lo cual no es necesario ir demasiado lejos- podría ser Curitiba por citar sólo un ejemplo, para que nos enseñen a implementar sistemas que funcionen. Cualquier otra forma de hacer esto resultará en una más de la lista de fracasos de Asunción, que definitivamente ya son demasiados.

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