El 13 de agosto del 2023 se cumplen 50 años de la entrada en vigor del Tratado de Itaipú, firmado el 26 de abril de dicho año por las dictaduras militares de Brasil y Paraguay, en una entrega de territorio, energía y soberanía que seguimos pagando hasta hoy. El Tratado -compuesto del cuerpo central del Tratado, el Anexo A (Estatuto), Anexo B (obras) y Anexo C (bases financieras y prestación de servicios de electricidad)- cuenta con un solo punto que establece una fecha para su revisión, y es el Anexo C. En su numeral VI establece que, tras 50 años de entrada en vigor del Tratado, y, pagada toda la deuda de la entidad, el Anexo será revisado.
El 28 de este mes, se termina de pagar la deuda -corrupta e ilegal- de Itaipú. La deuda significó en estos años, alrededor del 60% de todo el presupuesto de Itaipú. Al desaparecer la deuda, se abre un escenario económico y financiero único. Cómo manejar el presupuesto de la entidad sin ese enorme peso de la deuda es clave. Más aún, en un momento de crisis económica, energética y ambiental de gran magnitud, a nivel regional y mundial. Tendremos energía limpia, renovable, segura, y con un costo operativo mucho, pero mucho más barato.
La ventana de oportunidad se abre en este 2023. Este hecho económico y financiero central, se junta con la obligatoria revisión del Anexo C, y con un plus político y diplomático, donde los ojos de la ciudadanía y la comunidad internacional se centran en este tema. El involucramiento de toda la ciudadanía es clave para un buen resultado en cualquier negociación, más aún desde la posición de quien está en asimetría, como el caso de Paraguay frente a Brasil.
Sin embargo, cerramos este periodo de gobierno 2018-2023 sin una estrategia nacional en defensa de los intereses paraguayos en Itaipú. Estos 5 años han estado marcados por una continua entrega de soberanía por parte del gobierno, en beneficio de los intereses extranjeros, en contra del interés nacional. El ejemplo más claro lo tiene la ciudadanía con la crisis del acta bilateral que saltó a la luz en julio de 2019, y, varios otros ejemplos como el mantenimiento del pago de la deuda corrupta, pese al informe de la Contraloría General de la República que demuestra su corrupción e ilegalidad.
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Sin haberse abierto aún una mesa de negociación con el Brasil, uno de los puntos centrales de definición del 2023, como es el caso de la tarifa, se viene consolidando de hecho, ante las definiciones unilaterales de Brasil en pos de su interés, y la anuencia de las autoridades paraguayas, sin estrategia nacional.
La tarifa es solamente la punta del iceberg de los elementos centrales a colocar en la mesa de negociación. Era una de las cartas fundamentales, al ser interés y necesidad de Brasil bajar la tarifa. Al bajarse hoy la tarifa de hecho -primero en el 2022, y hoy en la película repetida del 2023-, la realidad nos desafía a mirar el escenario y construir una estrategia que traiga nuevos elementos para abrir la cancha y colocar los temas centrales.
El primer debate, y la primera disputa, la tenemos dentro de nuestro país. En los próximos 50 años, ¿qué queremos hacer para desarrollar al Paraguay? ¿Qué rol queremos que juegue Itaipú en el país? ¿Mantendremos el mismo esquema de beneficios de unos pocos o recuperaremos Itaipú y su riqueza para el desarrollo nacional? En el 2073, ¿queremos que todo siga igual, o queremos un Paraguay pujante, productivo, tecnológico, con soberanía y bienestar?
Estas interrogantes las debemos hacer y hacernos, y partir así de esta base para construir la estrategia nacional. El futuro que nos interpela y nos llama a involucrarnos y actuar hoy. El 2023 es hoy. El 2073 es hoy. A asumir el desafío.
* Politóloga, docente e investigadora. Integrante de la Campaña Itaipu ñane mba´e. @cvuyk. ceciliavuyk@gmail.com