Las enfermedades que nos atacan en forma permanente, tienen que ser investigadas para saber sus causas, diagnósticos y tratamientos. En estos momentos los hospitales están llenos, sin poder atender a todos los enfermos. La salud Pública colapsa como siempre y la gente se angustia sin hallar una respuesta.
Ningún gobernante hasta hoy, en el Paraguay, ha podido resolver este drama. Faltan médicos, enfermeras, remedios y camas. Falta todo y cada vez la situación es peor y más desesperante. Las autoridades próximas a asumir, deberían comprometerse a solucionar este problema. Ya llegan las elecciones y en agosto tomarán posesiones de sus cargos las nuevas figuras.
Entendemos por ecosistema el conjunto de seres vivos que habitan en un medio. Tienen que existir leyes que protejan el ambiente puesto que estamos todos interrelacionados con plantas, animales, suelo, aire, tierra, agua, clima, alimentos y atmósfera. Los virus que atacan por los mosquitos transmisores son consecuencias de los bosques desbastados y los bichitos emigran por ese motivo hacia las ciudades. El dengue y la chikungunya son afecciones virales que con educación, prevención y un ambiente sano, no tendrían que cobrar tantas vidas. Pero nosotros carecemos de autoridades que se interesen por estos temas fundamentales para la salud.
Al contrario, los personajes cuando toman el poder, venden nuestras tierras a sojeros y ganaderos. Miles de hectáreas son hoy cultivos de la soja, que con fumigaciones de fosforado y glifosatos intoxican y producen cáncer a miles de compatriotas. El partido colorado, durante 70 años entregó y destruyó nuestra flora y fauna. Millones de especies de hierbas medicinales desaparecieron de esta forma porque con tantos venenos esos remedios mueren. Y pensar que esas plantas milagrosas de nuestros ancestros, quizás, podrían curar el cáncer o el SIDA. Los hermanos nativos también son sacados de sus tierras y recorren las calles sin que el INDI les resuelvan sus problemas.
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Los ríos y arroyos están contaminados con desechos que se tiran en sus cauces, el suelo está carente de nutrientes y las frutas están con virus y hongos. Vegetales y hortalizas son fumigados con poderosos insecticidas y pesticidas. Eso es lo que consumimos y por eso la química de la sangre se encuentra alterada. Nuestro intestino es un verdadero ecosistema donde conviven millones de microorganismos que constituyen la flora o la microbiota. De esto depende la salud perfecta. De su desequilibrio vienen muchas enfermedades. Es como el planeta que si no lo cuidamos, aparecen terremotos, tsunamis, volcanes, sequías, incendios o inundaciones. Es lo mismo.
Es tremenda la importancia de la salud y su conexión con el ambiente. Cada uno debemos ser guardianes de la naturaleza y cuidar la salud como el tesoro más valioso. Es una deuda de los políticos dar atención a este asunto y los ciudadanos tenemos que exigir que hagan sus trabajos.