La Subestación Yguazú y Léros

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El pasado viernes 14 de julio se inauguró la Subestación Yguazú 500 kV y la Línea de Transmisión 500 kV doble terna ITAIPU-Yguazú, junto con obras complementarias como la ampliación de la Subestación Margen Derecha (lado paraguayo) de Itaipú y diversas Líneas de Transmisión 220kV, 66kV y espacio para otras de 23kV.

Cuando algo se hace bien hay que decir, y este es el caso de esta obra de infraestructura clave que da mejores condiciones para el despegue del país.

La obra permitirá traer a territorio nacional el 100% de la energía paraguaya de Itaipú, para disponer de ella como el país mejor considere.

Por qué

Surgen siempre las preguntas de por qué no se hizo antes, algo tan clave y fundamental para el país desde una perspectiva de desarrollo soberano.

Y es por eso que no se hizo. No había un gobierno con un proyecto país de desarrollo soberano que priorice recuperar lo que nos pertenece en Itaipú para la producción y el salto de calidad hacia el futuro.

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El proyecto que viene desde el siglo pasado, con nuevas caras pero mismas taras, regalaba nuestra energía a las grandes empresas en Brasil, a precios de migajas.

En 39 años de producción hidroeléctrica, con más de 2.900 millones de MWh producidos, suficiente para iluminar el país por 145 años, Paraguay aprovechó sólo 9,1% del total, 18,2% de que le correspondía. El resto, lo cedió, entregó.

Pero el pasado pisado. Nos sirve para entender y aprender de los errores, y mirar con fortaleza para adelante.

El tema es que seguimos, y después del 15 de agosto seguiremos, sin un gobierno con ese proyecto de desarrollo soberano que necesitamos. El proyecto que arrastra el nuevo gobierno es el mismo del siglo pasado, con nuevas formas que aparentan diferencia, pero mantienen la esencia.

Para quién

Los discursos oficiales plantean que esta obra es un hito para la soberanía nacional, y efectivamente lo es. La pregunta es, ¿a beneficio de quién?

En el 2013, un alto ejecutivo de Fukujira, empresa brasileña de maquila que se había ubicado en Ciudad del Este, Alto Paraná, decía: “yo produzco en Brasil geográficamente, pero jurídicamente y con costos de Paraguay.” Vale sumar a ello, que el lucro de la empresa iba a su vez a donde está “geográficamente” ubicada, al Brasil.

Algo así se perfila con los proyectos anunciados de la mano con la inauguración de la Subestación Yguazú. Criptomonedas, data centers y otras electrointensivas, con alto uso de energía, bajos impuestos, baja mano de obra y cero transferencia de tecnología, como supuesto desarrollo con uso “local” de la energía.

No es tal. Es la nueva forma, de la misma esencia. Una producción en suelo paraguayo, pero no una producción paraguaya, ni para Paraguay. En suelo paraguayo, con energía (baratísima) paraguaya, mano de obra (baratísima) paraguaya, bajos (casi nulos) impuestos, altísima tecnología y altísimo lucro... para afuera.

Y lo no anunciado, es también algo a mirar. Antes de la construcción de la Subestación, y antes de que el Consejo de Administración de Itaipú habilite en el 2020 a usar la infraestructura para que se comercialice la energía (infraestructura como nodo de interconexión), Léros ya lo había planteado, como si eso ya existiese.

En el 2019, Léros había propuesto a la ANDE comprar grandes bloques de energía paraguaya de Itaipú, instalarse en la Subeatación paraguaya Margen Derecha de Itaipú (lo que no estaba aún formalmente habilitado) y vender la energía paraguaya de Itaipú a Brasil, ellos para su bolsillo. Todo esto es de público acceso en los documentos de Contrataciones Públicas, precalificación 637.

Con la movilización contra el acta secreta eso se logró anular. Pero no significa que el negocio extranjero que gestionaba Joselo haya perdido rentabilidad ni interés.

A mirar

¿Vienen otros Léros de la mano de las nuevas obras, para vender privadamente nuestra energía paraguaya de Itaipú a Brasil?

Nuevas formas, mismo esquema: que lucren unos pocos con la entrega de nuestra soberanía a manos extranjeras.

Debemos poner estos temas sobre la mesa, debatir y avanzar. ¿Nuestra energía en suelo paraguayo será para despegar la producción nacional, o para alimentar electrointensivas de afuera?

¿Nuestras nuevas obras serán para ampliar nuestro uso y generación, o servirán para acelerar el fin del excedente por volverlo a regalar?

Celebremos este hito de nuevas obras de infraestructura necesarias, con los ojos abiertos y la cabeza concentrada. Nos toca avanzar Paraguay, con un real desarrollo integral. Podemos hacerlo.

* Politóloga, docente e investigadora. Especialista en desarrollo. Integrante de la Campaña Itaipu ñane mba’e. ceciliavuyk@gmail.com / @cvuyk