Nakayama y el fanatismo

Tuvimos, el pasado jueves en la 730 AM ABC Cardinal, un debate con el senador Eduardo Nakayama, en el que declaró que le aburría hablar de mis preocupaciones sobre el impacto del globalismo en Paraguay y me calificó de fanático por insistir en plantear esas preocupaciones de manera insistente.

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Eduardo afirmó todo lo anterior porque le pregunté si pedirían, durante su proceso de confirmación, al nominado presidente del Banco Central del Paraguay (BCP), Carlos Carvallo Spalding, que derogue la Resolución 08/18 del BCP, que abre el camino a discriminar por razones ideológicas (el dogma climático) el otorgamiento de créditos en el sistema financiero paraguayo.

El proceso de confirmación legislativa de funcionarios es una resalva constitucional de primera magnitud que garantiza que el Poder Ejecutivo no pueda elevar a esos cargos importantes a personas abyectas o incompetentes y es la instancia pertinente y adecuada para obtener de los candidatos los compromisos que satisfagan la gobernabilidad democrática de nuestra República.

Se trata de la Resolución 8 del 22 de noviembre de 2018, contenida en el acta 78, firmada por los entonces directores del BCP, entre ellos Carvallo Spalding, que dispone que las entidades reguladas por el BCP (todo el sistema financiero) deben incorporar su guía “para las gestiones de riesgos ambientales y sociales” para otorgar créditos, es decir, establecer factores de discriminación por razones ideológicas (“riesgo reputacional”) en esa herramienta fundamental para el progreso.

No tengo nada que objetar al hecho de que algún miembro del Congreso sea globalista, partidario de los postulados ideológicos del Foro Económico Mundial. Muchos quieren engañar a los electores paraguayos ocultándolo. Tengo entendido que Eduardo integra la bancada globalista.

Pero convertir al Estado en un instrumento de imposición ideológica mediante normas discriminatorias que pretenden imponer la conformidad con determinados dogmas mediante la coerción no es aceptable en una sociedad democrática.

Y ocultándose y ocultando sus acciones es que los globalistas ya impusieron de contrabando, bajo la mesa, kañyhápe, normas como esta resolución 08 del BCP, la ley 6659 y una enorme cantidad de otras disposiciones oficiales.

Y ahora, cuando los que creemos en el Estado-Nación, los estamos exponiendo y les estamos pidiendo respuestas, los globalistas se declaran aburridos del tema, rechazan explicar sus acciones y descalifican como fanáticos a los que defendemos la idea democrática de que no se use al Estado para discriminar por razones ideológicas.

Reconozco que son hábiles. No explican porque les aburre, los que preguntan son fanáticos, y siguen imponiendo su programa en silencio y sin participación popular.

No tengo problema en aburrir a los globalistas. Los voy a seguir aburriendo porque creo que el pueblo paraguayo tiene derecho a conocer la agenda que están imponiendo a sus espaldas. Y si eso me vale el calificativo de fanático, mejor fanático de la democracia que agente de los totalitarios.

evp@abc.com.py

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