Al Paraguay, Nación floreciente de la región, fue solicitada su ayuda por parte del Uruguay, y quizás su juventud sumada a la falta de experiencia llevaron al Mariscal a ofrecer ayuda creando de esa manera el escenario propicio para encender enconos que hubiese sido mejor evitar. La historia oficial, esa señora un poco pagada de sí ubicada cómodamente en el sillón del despacho de los ganadores, nos enseñó que el Tratado de la Triple Alianza se hubiese firmado y sus objetivos llevados a cabo de una forma u otra. Quizás, solo quizás, hubiésemos podido optar por la otra.
Precedida de algunas escaramuzas, la conflagración estalló y de pronto nos vimos, habiendo vencido en un par de aquellas y en una sola batalla importante como fuera Curupayty, ya solamente defendiendo nuestras posiciones y terminando por abandonarlas a merced del enemigo. Jamás tuvimos chance alguna, en ningún momento y desde cualquier tipo de análisis.
Sin embargo, el 12 de septiembre de 1866 López tuvo la oportunidad de cambiar el rumbo de la historia en Yataity Corá. Él, y solamente él, se constituyó en esa como en anteriores y posteriores ocasiones, en responsable del destino de toda una Nación, tan fuerte el poder de su figura. Allí, a pesar de la ausencia de un representante del Imperio (que nos tenía una inquina muy particular) y la intempestiva retirada del uruguayo (ya a causa de la actitud inflexible de López), Sarmiento continuó la reunión con Francisco Solano por varias horas. López, sosteniendo con vehemencia su posición de negociar la paz a partir de posiciones igualitarias, cosa que los Aliados jamás admitirían. Por último, la famosa entrevista se dio por terminada sin llegar a un acuerdo.
Es muy probable que varios aspectos hayan influido fuertemente en el de por sí imperativo carácter de Francisco: Desde niño recibió un trato preferencial por parte del padre, que siempre lo colmó de atenciones y puso por encima de sus hermanos. Acompañó delegaciones diplomáticas al extranjero con apenas 15 años, y fue enviado a Europa como representante plenipotenciario del Paraguay con 26 cumplidos. Su carrera política y militar demasiado vertiginosa quizás le impidieron ver y entender con más claridad los acontecimientos que se avecinaban.
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Una sola persona se puso sobre los hombros el destino de un país entero y cientos de miles de almas, a sabiendas perfectamente de que no existía la mínima posibilidad de vencer o dar siquiera batalla: las asimetrías de fuerzas y recursos eran inmensas. Y fue así que, en ese momento decisivo de nuestra historia, en esas 5 horas aciagas, López solo optó por continuar con la lucha antes de deponer su orgullo personal y negociar la paz, que aún en términos desiguales jamás hubiese significado el holocausto de una nación, por mencionar solo el aspecto más trágico de la decisión de un hombre que quizás no supo tener la valentía de desistir de una contienda insensata y afrontar su responsabilidad personal.
157 años después de aquella poco feliz entrevista en suelo ñeembuqueño, en el marco de luchas políticas internas y pisoteando el reglamento de la Cámara Alta con subterfugios que nadie cree, un grupo de Senadores, que por añadidura no tienen la talla moral de juzgar a su par y amparándose en una mayoría aplastante y cobarde, nos sorprendieron una vez más haciendo lo impensable: Expulsaron del órgano a Kattya González. Ésta, a pesar de tener la espalda, cintura y sobre todo el cerebro para enfrentar todo tipo de trapisondas, recibió con sorpresa y enorme decepción este nuevo golpe dirigido a ella como también a la frágil democracia paraguaya.
Es que esta mujer, vociferante y temeraria, constituida por mérito propio en la voz más poderosa de la oposición contra el partido de gobierno con mayoría en ambas cámaras, molesta mucho y a muchos. Férrea crítica de la forma en que poderes políticos direccionan las acciones del Gobierno Central como de los demás poderes, fue víctima y a través de discutibles recursos literalmente echada a patadas del Congreso… o al menos así pensaron los responsables de este latrocinio.
Esta jugada poco feliz y aún menos inteligente, a pesar de haber sido pergeñada por mentes tan brillantes como nefastas, hizo levantar la voz indignada de la ciudadanía, que le confió su voto a esta mujer, resultando en abril del año pasado una de las opciones con mayor cantidad de electores genuinos. Al mismo tiempo, quedamos muy mal parados ante la Comunidad internacional, que no juzga, pero observa, y tampoco hay unanimidad de criterios entre los integrantes del partido oficialista en cuanto a su destitución. Lo que se dice, la versión oficial no convence o bien tienen el temple para reconocer que aquí se procedió demasiado mal.
El Congreso tiene ahora la posibilidad de rever su expulsión y reponerla con plenas atribuciones en su merecido escaño. No hacerlo, sería responder a los egos e intereses de un sector que no representa la voluntad mayoritaria y de quienes esperamos que, a la luz de las enseñanzas de la historia acerca de las consecuencias de imponer la voluntad de pocos sobre la de muchos por soberbia o prepotencia, declinen sus ambiciones personales y, aunque sea excepcionalmente, tengan la valentía de recular en sus errores.