El psicólogo Abraham Maslow ya había mencionado en su famosa pirámide jerárquica que entre las necesidades fisiológicas del ser humano, se encuentra el sexo pero, en muchos casos, esta práctica viene acompañada de ciertas incógnitas como “qué, cómo y dónde”, en el caso del primer contacto sexual. No obstante, cuando la Educación Integral Sexual (EIS) es escasa, probablemente, surjan ciertos tipos de consecuencias a causa de la desinformación.
Según la Unesco, la educación integral de la sexualidad tiene la capacidad de desarrollar habilidades o capacidades en base a información relevante, científicamente rigurosa y apropiada a la etapa de desarrollo en la que se encuentra la persona. Además, menciona que su implementación ayuda a poner en práctica competencias esenciales para la toma de decisiones, incluyendo las opciones reproductivas.
EDUCACIÓN INTEGRAL SEXUAL EN POTENCIAS MUNDIALES
Francia, el país de la ilustración, imparte educación sexual desde 1973 y los estudiantes reciben entre 30 y 40 horas de formación de manera obligatoria, en lo que conlleva el nivel básico. Del mismo modo, los centros educativos de este país proveen al nivel secundario preservativos como protocolo académico y, como resultado, según el ente de las Naciones Unidas en Francia, de cada 1.000 mujeres francesas de entre 15 y 19 años, se producen poco más de 20 embarazos.
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Alemania cuenta con un sistema educativo que también integra obligatoriamente la educación integral de la sexualidad en los niveles académicos, hasta el punto de que el Estado pueda sancionar a los padres que se resistan a la formación de sus hijos. En el 2013, un padre fue encarcelado por prohibir que sus hijos recibieran educación sexual en una escuela de Renania.
LA FORMACIÓN EN PLANES DEL MEC
Desde el Departamento de Educación Integral de la Sexualidad, del Ministerio de Educación, la Lic. Leda Rossana Palmerola, jefa de departamento, trabaja en la prevención y atención de situaciones de violencia en el ámbito educativo, buscando que las instituciones tengan políticas de preparación y atención para los estudiantes.
La funcionaria comenta que la EIS está desarrollándose a través del currículo nacional desde el nivel inicial hasta la secundaria, de acuerdo al contenido del MEC; asimismo, menciona que está estipulado trabajar en grados y cursos según el nivel biopsicosocial del alumno. “Actualmente, estamos en un momento de transformación educativa, llevando a varias mesas de trabajo el contenido referente a la educación de la sexualidad en la malla curricular”, refiere.
Esta dirección trabaja por el desarrollo del estudiante, en cuanto a la autoestima, la autovaloración y desde el conocimiento de sus derechos constitucional. Desde el Ministerio de Educación, también tratamos el enfoque de igualdad de derechos en hombres y mujeres. “En el caso de vulneración de los derechos sexuales, contamos con una guía de intervención de tenencia obligatoria en escuelas y colegios”, señala Leda.
Existe un proceso de transformación de la maya curricular en la que se refuerzan esto contenidos a fin de que en las aulas se menciones temas fundamentales de la sexualidad integral. En cuanto al nivel inicial y primer ciclo, existen materiales y guías de trabajo para la prevención del abuso sexual, reconocimientos de las partes íntimas y desarrollo del cuerpo.
La licenciada comenta que, nivel nacional, tenemos que decidir formarnos como ciudadanos, conocer nuestros derechos y responsabilidades, pues culturalmente creemos que el derecho es solamente de los abogados.
CONOCER LA SEXUALIDAD, UN DERECHO FUNDAMENTAL
La Lic. María Rosa Appleyard, máster en salud sexual, resalta que la sexualidad humana se desarrolla desde la concepción, pues vamos aprendiendo a lo largo de la vida, de manera no formal e informal. “En el ámbito formal de la educación existen parámetros de información que deben ser trabajados dependiendo de la capacidad de análisis; inicialmente se trabaja con el conocimiento del propio cuerpo y los cambios del mismo, aspectos de autocuidado, de los afectos y de la higiene, así como temas relacionadas a la prevención de acoso, abuso y situaciones de violencia”, explica.
La profesional expresa que, actualmente, podemos notar que existen factores que atentan contra la salud sexual de los niños, niñas y jóvenes como, por ejemplo, embarazos no planificados, situaciones de abusos sexuales, violencia intrafamiliar, exposición a ITS, la escasa preparación para la toma de decisiones y la mala información sexual proporcionada desde los prejuicios y tabúes relacionados a la sexualidad.
Por otro lado, Appleyard menciona que al momento de hablar sobre sexualidad se generan muchas reacciones, entre ellas el temor ferviente de que el tema provocaría un “despertar sexual en la niñez” o transformarles en personas con una orientación sexual diferente a la aceptada socialmente, lo que acrecienta el prejuicio sobre la EIS. “En Chile, por ejemplo, se demostró que la EIS permite atrasar la edad de inicio de las relaciones sexuales, así como también aumenta la probabilidad de respuestas más saludables y asertivas en relación a la toma de decisiones con respecto al autocuidado ante las relaciones sexuales y los vínculos afectivos”, menciona.
Asimismo, la sexóloga comenta que una mala educación sexual impide que la persona cuente con las herramientas necesarias para tomar mejores decisiones, interfiriendo en el disfrute y desarrollo satisfactorio de su vida personal, emocional y sexual. El desconocimiento, los prejuicios y la mala información exponen a situaciones de abuso sexual, acoso, perpetua la violencia y la falta de responsabilidad de los propios actos, lo que podría facilitar el aumento de abusos sexuales, situaciones de violencia de género, maltrato intrafamiliar y feminicidios.
MENTES JUVENILES APOSTANDO POR LA INCLUSIÓN DE LA EIS
Andrés Rojas es coordinador del grupo “Somos Pytyvõhára”, quien expresa que, a través de la organización, los jóvenes trabajan en la promoción y exigibilidad de los derechos sexuales, reproductivos e integral del ser humano. “Trabajamos desde el año 2011 con varias metodologías, pero la que más se adecua es la educación interpar, ya que consideramos que es mucho más fácil para un adolecente o un joven poder hablar con su par acerca de temas relacionados con la sexualidad”, manifiesta el coordinador.
El grupo, en cuando a Educación Integral Sexual, apuesta por que el Estado garantice a todas las personas poder disfrutar de su sexualidad de manera libre y responsable. Sin embargo, para que eso se cumpla, Andrés apela a la aplicación de una política pública en formación sexual, a fin de que se pueda entablar de este tema en los colegios y escuelas; además, para que la gente pueda saber qué es la sexualidad y qué no.
“La EIS debe comprender al ser humano desde su totalidad, en su componente físico, biológico, sociocultural y no solo desde el punto de vista genital y biológico”, añade el joven. Además, el coordinador de Somos Pytyvohára dice que esta educación debe respetar la autonomía progresiva del niño, de la niña y del adolescente, de manera intercultural e intergeneracional.
Somos Pytyvõhára, en julio del año anterior, realizó una encuesta entre más de 500 adolescentes acerca de cómo reciben información sexual. Las estadísticas demostraron que casi el 60% de los jóvenes accede a internet a fin de buscar información, el 20% decide preguntar a sus amigos, el 10% lo aprende en el colegio y otro 10% se informa con los padres en el hogar.
El grupo cuenta con tres formas de trabajo: la educación interpar, talleres y charlas para adolescentes, llevados a cabo por los jóvenes de la organización, lo cual facilita la conversación y la apertura para que se pueda hablar sobre la temática. “También hacemos campañas comunicacionales en redes sociales”, acota.
Andrés expresa que, junto con el grupo, notan que dentro del MEC existen muchos retrocesos en cuanto a materia de derechos, además de las personas conservadoras al frente del ministerio. “Un obstáculo que evita, por ejemplo, el avance de la EIS es la resolución del entonces ministro Enrique Riera que prohíbe a los colegios y escuelas tratar temas sobre la perspectiva de género, mal llamada ideología de género”, cuenta.
Reportaje de Ezequiel Alegre (18 años)