Los ómnibus constituyen el medio de transporte de miles de paraguayos en su rutina diaria; el estado de muchos buses es deplorable y viajar en ellos se convierte en un suplicio. En lugar de mejorar la calidad de los colectivos, empresarios, en conjunto con los diputados, pretenden lastimar el ya muy golpeado bolsillo de los ciudadanos.
El Gobierno brinda un subsidio a los transportistas de 88 guaraníes por cada pasaje para buses convencionales y G. 462 para diferenciales, con el fin de que el boleto se mantenga en su precio actual y el costo no se dispare por las nubes. No obstante, en el estudio del Presupuesto General de la Nación 2020, los integrantes de la Cámara Baja redujeron 10.000 millones de guaraníes del monto que está destinado al subsidio de pasajes y obras viales.
Este recorte, al parecer, tendría sus consecuencias en los últimos meses del 2020, ya que no se podrá pagar el aporte total a los dueños de las flotas de colectivos. “La Cámara de Diputados recortó 10.000 millones de guaraníes del presupuesto y no podremos cubrir todos los meses del subsidio”, declaró el viceministro de administración financiera, Óscar Llamosas.
Por su parte, el presidente del gremio de los transportistas, Cesar Ruíz Díaz, dijo que sin el subsidio, el pasaje subiría a 4.060 guaraníes. El empresario también mencionó que prefiere no recibir ayuda del Estado, pues de esta forma, los transportistas cobrarán el total de los que les corresponde, sin retrasos.
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¡Atajate Catalina! Si con el sueldo actual, el pasaje golpea al bolsillo del ciudadano, con un hipotético aumento del costo de viajar en transporte público, la billetera de la gente quedará en nocaut.
Los comunes deberán ajustar más su presupuesto. Quizás, el tereré de todos los días sea sin yuyos y las empanaditas de media mañana obligadamente serán sin pancito para intentar ahorrar más, con el objetivo de llegar con money a fin de mes.
Si el Senado no revierte el recorte realizado por Diputados al dinero para el subsidio de transporte, se va a prender el ojo del equino. Antes de incrementar el precio de los boletos, se debería aumentar el salario mínimo vigente; también, los transportistas tienen que mejorar la calidad de sus ómnibus.
Al parecer, los sufridos ciudadanos que no tienen sueldos que rondan los 40 millones de guaraníes, una vez más, sufrirán las consecuencias del mal reparto del dinero público. Por otro lado, si la gente sigue callada, permitiendo este tipo de abusos, el día de mañana ya no podrá cubrir gastos diarios ni darse ciertos gustos con el salario'i. Por eso, lo que corresponde es protestar ahora.
Por Alejandro Gauna (18 años)