Errores en libros del MEC muestran la incapacidad de sus directivos

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Aunque los errores vienen cometiéndose desde hace años, la supuesta solución del ministro Eduardo Petta posicionó al pueblo en la cúspide de la indignación.
Aunque los errores vienen cometiéndose desde hace años, la supuesta solución del ministro Eduardo Petta posicionó al pueblo en la cúspide de la indignación.abc color

Respuestas matemáticas incoherentes y errores ortográficos plagan los libros proveídos por el Ministerio de Educación y Ciencias. En un ambiente de indignación popular, Eduardo Petta minimiza las equivocaciones, conviertiéndolas en tareas para el alumno.

De cada 10 estudiantes, nueve no entienden lo que leen; mientras que, teniendo en cuenta al mismo grupo, siete estudiantes no alcanzan el nivel básico en matemáticas. El Programa Internacional de Alumnos para el Desarrollo, del Fondo Monetario Internacional, llegó a esos resultados en 2015, lo que lleva a preguntarse quiénes son los culpable del rendimiento deficiente en materia educativa.

Mucho se dice acerca de la responsabilidad de alumnos y docentes ante esta problemática, pero estos no son los únicos personajes de la formación ciudadana. El Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) constituye un factor importante para la mediocridad. Recientemente, la nueva edición del libro de matemáticas “Semillita” provocó revuelo debido a una serie de errores ortográficos y de fallos en las respuestas de los ejercicios.

Aunque los errores vienen cometiéndose desde hace años, la supuesta solución del ministro Eduardo Petta posicionó al pueblo en la cúspide de la indignación. Según la perspectiva de la cabeza del MEC, la mejor opción sería un método en que los alumnos encuentren y corrijan los errores de los libros, tal vez, utilizando conocimientos adquiridos por arte de magia.

Supuestamente, los libros proveídos por el MEC deben estar actualizados y poseer información certera, que el niño o adolescente en edad escolar básica o media pueda utilizar para la adquisición de nuevos conocimientos. Aunque la realidad sea muy diferente, un libro de distribución nacional, del que dependerá la formación de miles de futuros ciudadanos, no debe dar cabida a las faltas.

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Luego de la desaprobación popular, los bochornosos errores encontrados en la mencionada edición provocaron la destitución de dos funcionarios de la cartera educativa: Teresa Oviedo, directora general de Desarrollo Educativo y Guido Barrios, director de Educación Escolar Básica. Asimismo, la mejor solución encontrada fue hacer un collage en los libros de texto, pues las páginas que presenten equivocaciones serán reimpresas, para pegarlas en donde corresponda.

Además, la Unión Europea, que apoyaba el proyecto MaPara, señaló en un comunicado que “sin lograr resultados (en los controles de calidad del material educativo), no podrá realizar desembolsos a futuros programas.” Aun ante la posibilidad de no recibir la ayuda del organismo internacional, Petta no admite las fallas e, incluso, publica tuits negativos acerca del comunicado de la UE, afirmando que esta organización comparte la responsabilidad por los errores.

Cuando Eduardo Petta se encontraba a punto de asumir como ministro de la cartera de Estado, un gran número de voces clamaba por una persona idónea que tenga experiencia en el sector y, a la vez, señalaba el potencial desastre que podría causar un funcionario alejado de esta área. Evidentemente, los comentarios en contra de la figura de Petta como jefe del sector educativo estaban en lo correcto y los errores de esta “clace” lo demuestran.

Por Belén Cuevas (18 años)