Algunas chicas aman las cartas y las rosas; otras odian el exceso de dulzura

Imaginar que el príncipe azul la espera con rosas y que luego baila con ella al son de una música lenta es propio de una chica cursi. En cambio, una joven que odia el exceso de miel preferiría compartir con su amado un rico lomito árabe.

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Si escuchás una música romántica y relacionás la letra con los sentimientos que estás experimentando o ponés en tu reproductor la canción “Flores amarillas” de Floricienta, imaginándote que tu príncipe azul aparecerá en una esquina con un ramo de girasoles, amiga, tal vez muchos te califiquen como cursi. Eso no es malo, pero lo irritante es que, probablemente, escuches la frase “dejá de soñar” más de una vez al día.

Una chica excesivamente romántica desea que su amado le escriba una carta por cada año que cumplen juntos como pareja. En el caso de que el novio sea detallista y haga realidad este sueño, la chica empezará a lagrimear de emoción con solo desdoblar el papel y encontrarse con la letra del novio. Ahora bien, si el muchacho está enamorado pero es muy malo para recordar fechas importantes y dedicar frases tiernas, deberá prepararse para el plagueo que vendrá por parte de su media naranja.

Si una joven muy romántica recibe rosas, tratará los pétalos con delicadeza y pondrá uno de los capullos como señalador en la página de aquel libro que le llegó al corazón. Por el contario, una joven que no es muy devota de los detalles con azúcar en exceso preferirá ir con su pareja a comer lomitos, pues este acto llenará su panza y, por ende, alegrará su corazón. Las mujeres que no son tan románticas dicen “¿para qué amar las flores si con el tiempo se marchitan?”.

Una chica cursi, con solo oír la canción “A thousand years” de Christina Perri, tiembla de emoción y siente ganas de estar en una pista de baile con luces y confetis cayendo alrededor de ella y de la persona a la que amará por mil años. ¡Basta con tanta melosidad! Las jóvenes un poco más rudas no quieren rosas ni palabras acarameladas y si sus novios les dedicaran una serenata, serían capaces de protagonizar la escena de la mujer que derrama un balde de agua fría sobre su pareja y los músicos.

Existen distintas formas de expresar amor; algunos se desviven en detalles para demostrar a sus parejas lo mucho que las quieren, mientras que otros apoyan a sus almas gemelas con un abrazo, una mirada o una sonrisa y eso ya es suficiente. Una relación con cartas, rosas y canciones es linda, pero si se ve fortalecida en todo momento por el respeto y la unión espiritual, es aún más hermosa y entonces sabrás lo que es sentir que sos el centro del universo, pues el mundo gira a tu alrededor.

Por Viviana Cáceres (19 años)

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