Al paraguayo siempre se le considera una persona servicial, amable y solidaria. Sin embargo, también tiene sus defectos que lo identifican, como el hecho de que es un “letrado”, lo que le hace merecedor del famoso apodo de “paraguayito rova atâ”.
Llegar una hora tarde es un rasgo característico en los compatriotas. Cuando organizás una fiesta o peña con tus amigos, tenés que preparar la pizza esperando que lleguen antes de que se enfríe y que la “hora paraguaya” no arruine tu comida.
Entre los jóvenes, una desagradable costumbre que se da mucho en los colegios es encontrar dedicatorias de amor, reproches e insultos en las puertas de los baños o paredes de las aulas, esperando que el o la destinataria algún día encuentre el mensaje y adivine quién le está dedicando las palabras.
A la hora de viajar en los transportes públicos, no falta el desubicado que tira sus basuras por las ventanas siendo que no cuesta nada guardarlas en los bolsos y luego depositarlas en un recipiente. También sigue la costumbre de escupir en la calle como si fuera una competencia de quién llega más lejos con el escupitajo.
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Sí o sí el paraguayo debe resaltar, de cualquier forma, siempre tiene una historia increíble para contar, ya sea un encuentro con el pombero o el hecho de que es amigo del vecino que es primo del Presidente. Es cuentero por naturaleza y aunque sepa que nadie le cree, tener la atención de todos vale la pena.
Otra característica, ni tan negativa ni tan positiva, es la falta de seriedad. A todo le encuentra el sentido humorístico, no importa que sea algo demasiado relevante siempre hay un lado cómico. En las redes sociales es muy notable esta peculiaridad, ya que en cuestión de segundos aparece un meme del presi con su inusual pantalón chupín que se vuelve viral en un santiamén.
Aunque no todo sea color de rosas en la identidad nacional, hay que reconocer que los paraguayos son personas bastante alegres y, por más que les vaya mal, a la pregunta “¿mba'eteko pio?”, la invariable respuesta será “iporâ”. Constantemente, están dispuestos a ayudar y en caso de que alguien quiera hacer las cosas de forma indebida serán los primeros en exigir claridad.
Por Divina Alarcón (18 años)