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Rebeca y Elena han sido amigas desde pequeñas, jugaban juntas en la plaza del barrio y compartían la mayor parte del tiempo. Con el paso de los años, su amistad se fue afianzando, aunque no siempre estaban de acuerdo, respetaban las ideas que cada una proponía.
Llegaron a la mayoría de edad y empezaron a participar de debates sobre el proyecto de la despenalización del aborto en su país y cada una tomó una postura distinta. Rebeca estaba a favor del aborto porque considera que cada mujer debía decidir sobre su cuerpo y elegir en qué momento ser madre.
Elena, por su parte, defendía las dos vidas; ella aseguraba que toda persona tiene derecho a vivir y que si eso no se cumple, entonces los demás privilegios humanos perdían valor. "De qué le sirve a alguien tener libertad de ideología o gozar de salud y educación si a otro se le niega la posibilidad de existir", pensaba constantemente la joven.
Por mucho tiempo, las chicas pudieron mantener sus diferencias al margen de su amistad, sin que afectara su relación. Un día, luego de un debate en el cual exponían sus ideas, Rebeca se enojó con su amiga porque creía que sus pensamientos eran retrógradas y Elena no estaba de acuerdo con ella. Después de una fuerte discusión, terminaron distanciándose.
Rebeca dejó de contestar las llamadas de Elena, quien, luego de unos días, trató de solucionar sus diferencias, pero su amiga no quería escucharla. La joven, después de intentar contactarse con Rebe, recibió un mensaje que decía: “Pensás diferente a mí y eso no me gusta, no podemos ser amigas si seguís con tus ideas proparto”.
Elena se sorprendió porque no entendía cómo una amistad de tantos años podía terminar por una diferencia de opiniones. Para Rebeca era fundamental defender sus ideas a costa de todo, no le importaba tener que perder una amiga por el camino. Elena, por su parte, no pensaba dejar de lado sus ideales, porque para ella proteger la vida era algo innegociable.
Mientras Rebeca porta un pañuelo verde y pelea por los derechos de las mujeres, Elena sigue luchando por defender la vida de una madre y su hijo, ya que ella considera que hay que cuidar a quien se encuentra en el vientre materno y garantizar su nacimiento.
Por Divina Alarcón (18 años)