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Los teléfonos inteligentes son de mucha utilidad para nosotros, pues facilitan la comunicación entre todos; las diversas aplicaciones, como WhatsApp o Facebook, nos permiten estar actualizados con las noticias y los comentarios de los amigos. Sin embargo, el uso exagerado de estos aparatos puede causarnos desconcentración en el trabajo, colegio u otros lugares en donde se requiere responsabilidad.
La nomofobia es un trastorno que se produce a causa del uso exagerado de los teléfonos celulares; se trata del miedo a salir de casa sin el dispositivo móvil. En mayor parte, este problema se apodera de algunos jóvenes que viven pegados al smartphone.
Si te olvidás de la llave de tu casa o de comprar la comida para el perro, pero siempre te acordás de llevar el celular adonde sea, tenés que estar en alerta porque es probable que seas un nomofóbico.
La cena en familia y la reunión de los sábados se vuelven invisibles, ya que casi nadie disfruta de los acontecimientos por el hecho de que bajamos la mirada hacia el celu mientras estamos en la mesa. Años atrás, este hábito no nos afectaba, pues la necesidad de subir una foto del lugar en donde nos encontrábamos no existía.
Uno de los principales síntomas de un sujeto con nomofobia es tener mucha ansiedad por el hecho de no tener cobertura (wi-fi) para estar en línea. Cada vez son más los esclavos de los celulares y, por eso, nosotros somos quienes debemos tomar la decisión de parar con esta enfermedad que nos está teniendo a maltraer.
Un detalle importante: si estás en pareja con alguien, ojo, cuidado con sacarse fotos comprometedoras porque lo que hoy parece fantástico, mañana puede ser un arma en tu contra.
La finalidad de los celulares es facilitar la información y el contacto con amigos; sin embargo, ese propósito puede resultar contraproducente para nosotros. En momentos de encuentro con amigos, dejemos de lado el celular y demos más tiempo al diálogo directo y a los ratos de diversión, sin permitir que estos mini aparatos nos dominen.
Por Ezequiel Alegre (16 años)