Escritos cuentan cómo murió Alejandro Ramos, quien secuestró a Félix Urbieta

Los datos hallados en la segunda de las tres caletas halladas recientemente no solo registran datos sobre la presuinta muerte de Félix Urbieta, sino que revelan que el que ordenó la aparente ejecución , Alejandro Ramos Morel, murió un año despues tras un enfrentamiento con el Codi.

Alejandro Ramos Morel.
Alejandro Ramos Morel.

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Félix Urbieta Ramírez, nacido el 21 de febrero de 1950 tenía 66 años de edad cuando fue secuestrado de su estancia San Francisco de la compañía Belén Cue de la ciudad de Horqueta, departamento de Concepción.

El grupo responsable del secuestro, Ejército del Mariscal López (EML), liderado por Alejandro Ramos Morel de 43 años había sido fundado a inicios de ese año luego de que sus miembros fueran expulsados de la otra gavilla terrorista principal, Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP).

Así, cuando secuestraron a Urbieta, el EML estaba conformado por Ramos Morel; su esposa Lourdes Bernarda Ramírez de Ramos, de 43 años; los hijos de ambos, Alejandro Antonio Ramos Ramírez, de 17 años, y Lourdes Teresita Ramos Ramírez, de 16 años, así como los hermanos Antonio Ramón Bernal Maíz, de 25 años, y Feliciano Bernal Maíz, de 18 años, y las hermanas Zulma Emiliana Jara Larrea, de 18 años, y Leticia Jara Larrea, de 17 años.

Jarvis les prometió y les mintió

Los criminales exigieron inicialmente 500.000 dólares de rescate. Luego bajaron a 300.000 dólares. Pero después subieron de nuevo sus pretensiones a 350.000 dólares, monto sobre el cual se plantaron.

El 25 de enero de 2017, los delincuentes grabaron un video de don Félix, que fue enviado como prueba de vida.

El 1 de febrero de 2017, la familia Urbieta llamó a una conferencia de prensa para anunciarle a los captores que ya estaban listos para cerrar el trato.

La esposa, hijas y yernos de don Félix habían juntado hasta ese momento 200.000 dólares en efectivo, pero también ya tenían el compromiso del narcotraficante Jarvis Chimenes Pavão, quien estaba preso en Asunción y les prometió prestarles los otros 150.000 dólares.

Sin embargo, la que debía llevar la plata de Jarvis, su abogada Laura Marcela Casuso, al final nunca apareció en Horqueta y luego ya le inventó excusas a la familia Urbieta.

A causa de eso, la familia de don Félix no pudo juntar el dinero completo y los captores ya nunca más se comunicaron con ellos.

El “decreto supremo”

Como el “negocio” cayó, el líder del EML, Alejandro Ramos Morel, decidió la muerte del secuestrado, su tío político Félix Urbieta Ramírez.

Un elemento que probablemente aceleró la ejecución del cautivo fue que en la madrugada del 16 de febrero de 2017 el EML fue obligado a desplazarse de su campamento “debido a disparos de rifle hacia nuestra posición”, por lo que los terroristas “tuvimos que disparar pistola tres veces para intimidarlos y buscar otro lugar”, según escribió en su agenda personal Alejandro Ramos.

La reseña más específica que hizo en su agenda Alejandro Ramos Morel sobre la muerte de don Félix dice textualmente que “al anochecer salen tres compañeros para deshacerse del prisionero, ya que sus familiares se mantienen en su prepotencia aumentada, para dar cumplimiento al decreto supremo, no quedando otro camino”.

En la siguiente página, Alejandro Ramos consignó que al día siguiente, 17 de febrero de 2017, los tres terroristas que a quienes se les encomendó matar a Urbieta volvieron al campamento de la banda " sin el prisionero, sin novedad”.

Estos párrafos fueron tomados por el CODI y la Fiscalía para considerar el 16 de febrero de 2017 como la fecha oficial del homicidio de Félix Urbieta Ramírez.

Muerte de Alejandro Ramos

Por otro lado, en las agendas del EML también se encontraron apuntes que igualmente confirman el fallecimiento del “comandante Joel”, como llamaban a Alejandro Ramos Morel.

Un libro de novedades asignado a su hijo, Alejandro Antonio Ramos Ramírez, dice en una parte que su papá murió el 27 de julio de 2018.

“Relato del combate del 27 de julio de 2018, día del ataque a nuestro campamento y caída de nuestro comandante Joel, mi padre”, escribió Alejandro Antonio Ramos Ramírez.

Efectivamente, ese día un equipo militar asaltó el campamento del EML en una zona colindante con la estancia La Novia, en el límite entre los municipios de Horqueta y Arroyito.

Cuando eso, el CODI informó en conferencia de prensa que hubo “un enfrentamiento sostenido”, pero que no sabían si había bajas en filas terroristas, aunque sí se encontró mucha sangre en el campamento de los criminales.

Según los apuntes de Alejandro Antonio Ramos Ramírez, su padre Alejandro Ramos Morel resultó gravemente herido y fue llevado por su hijo hasta debajo de un árbol donde se escondieron de los militares.

En ese momento, Alejandro pidió a su hijo Alejandro Antonio que le matara con un tiro de gracia para “no tener que ser prisionero del enemigo”.

El joven se negó a dispararle a su padre, alegando que si lo hacía iban a delatar su posición y los militares los encontrarían.

Aparentemente, Alejandro aguantó una hora más, hasta que finalmente “su corazón dejó de latir”, según anotó su hijo.

Para que los militares no encontraran el cuerpo y lo exhibieran como “trofeo de guerra”, los miembros del EML cavaron una fosa con machetes y enterraron el cuerpo. Estos relevantes datos, del asesinato de Félix Urbieta Ramírez en 2017 y la muerte de Alejandro Ramos Morel en 2018, fueron encontrados en una de las caletas descubiertas el 20 de febrero pasado en el lugar conocido como Laguna Ryryi del distrito de Horqueta.

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