26 de diciembre de 2025

Al final de cada año se repite el ritual: balances rápidos, listas de propósitos y una sensación de prisa por “empezar mejor” el próximo ciclo. Sin embargo, cada vez más personas están cambiando el cierre automático por algo distinto: una revisión lenta, casi quirúrgica, de lo vivido. No tanto para hacer más el año siguiente, sino para cargar menos.