25 de diciembre de 2025

Como todos los años, a excepción del silencio impuesto por la pandemia, Caacupé recobró la febril actividad que implica la fusión de religiosidad y tradición. Los pobladores y comerciantes de la Capital Espiritual de la República, así como los que concurren de otros lugares en busca de un “aguinaldo” a estas alturas del año, la convierten en una ciudad que no duerme ni descansa. La oferta de productos es muy variada, pero las ventas generan quejas a unos y satisfacción a otros.