15 de diciembre de 2025

La situación ocurrió en octubre de 2011, cuando el sacerdote Genaro Orona tuvo un “encuentro fortuito” con un seminarista. En aquella ocasión, el cura recibió al estudiante de teología, con quien se abrazó y se tocaron “la cintura para abajo”. Orona tuvo que hacer un test psicológico y le recomendaron “perfil bajo”. No obra ninguna denuncia en su contra, pero no ejerce el sacerdocio a la espera de un obispo que requiera de su servicio.