El dispositivo, compuesto por una pulsera electrónica que se fija al tobillo, permite geolocalizar a los cónyuges o ex cónyuges violentos y activar un sistema de alerta cuando se acercan a su víctima.
Este sistema, que se viene reclamando desde hace años y que ha demostrado su eficacia en países vecinos, como España, fue una de las medidas clave anunciadas durante una consulta nacional entre el gobierno y las asociaciones para combatir más eficazmente la violencia de género el año pasado.
Será accesible en un primer tiempo en cinco ciudades francesas, antes de generalizarse a todo el territorio a finales de año, indicó el ministerio de Justicia francés.
Será un juez quien podrá imponer este dispositivo tanto como parte de un procedimiento penal pero también -y esta es la novedad- en los procedimientos civiles. Por ejemplo puede ser recomendado por un juez del tribunal de familia como parte de una orden de protección para una mujer que se considera en peligro.
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La víctima, por su parte, recibirá otro dispositivo, que deberá llevar siempre consigo. El emisor y el receptor serán geolocalizados a todo momento y el autor de la violencia deberá respetar una distancia definida por el juez.
Si entra en el perímetro prohibido, será contactado inmediatamente por la plataforma de asistencia remota que gestiona el dispositivo 7 días a la semana y 24 horas al día. Si no responde o no se aleja, la policía será alertada.
Este dispositivo “podrá evitar un número significativo” de feminicidios, prometió la exministra de Justicia, Nicole Belloubet, cuando se decidió su lanzamiento el año pasado. Normalmente, los primeros dispositivos debían distribuirse a principios de 2020.
El número de feminicidios ha aumentado considerablemente en Francia en los últimos años. En 2019, 146 mujeres fueron asesinadas por su cónyuge o ex cónyuge, frente a 121 en 2018.
