Yañez, que lanzó una aguda crítica la tarde del lunes, fue convocado esta mañana en el Palacio de La Moneda por la ministra de Interior, Carolina Tohá, quien le expresó el apoyo del Gobierno y la preocupación del este por mejorar la seguridad en el país, y le recordó que existen otras vías para discutir pareceres.
Tras la cita, el general moderó sus declaraciones, admitió que su comentario quizá podría haber sido en otro tono y confirmó que no existe tensión significativa con el Gobierno.
"Siempre la forma se puede mejorar de cómo uno manifiesta o expresa sus ideas, pero aquí hay que preocuparse del fondo. Quiero ser claro: el apoyo político lo tenemos", afirmó tras la reunión.
"Es más, todos los cambios en todas las innovaciones, incrementos que hemos tenido en recursos, en presupuesto, renovar el parque de aeronaves se ha producido en un año y eso habla del apoyo de esta autoridad con la institución", quien precisó que "el mensaje también iba dirigido a mis carabineros".
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"Quiero que sepan que hay una agenda que lleva el Gobierno en la cual hay una serie de iniciativas que buscan mejorar estas inquietudes”, agregó.
Tohá, por su parte, explicó después, desde el Congreso Nacional, que el objetivo del encuentro fue "despejar toda duda respecto al apoyo que tiene el Gobierno de Chile en relación con las actuaciones policiales que se hacen dentro de su mandato legal que tiene Carabineros".
"Cuando hay inquietudes, opiniones que Carabineros quiera generar, hay todos los espacios para hacerlo, hay canales para eso o espacios técnicos y hay que evitar que se confunda con el debate político, eso es lo sano en una democracia”, agregó.
La polémica se intensificó en los medios a media mañana, tras la reunión temprana entre Yañez y Tohá, una vez se conoció que el carabinero atropellado, Alex Salazar, había muerto en el hospital tras dos días de agonía.
La reforma del cuerpo de Carabineros, institución que sufrió un grave deterioro en la opinión pública por la violencia de la represión durante el "estallido social", la ola de protestas que sacudió Chile en 2019, es uno de los asuntos controvertidos del programa de gobierno del presidente, Gabriel Boric, y en los meses pasados ya ha desencadenado algún desencuentro.
Una reforma que se cruza con el aumento de la sensación de inseguridad que existe en el país -una de las mayores preocupaciones de la ciudadanía- con la aparición de delitos nuevos y más violentos desconocidos hasta la fecha en Chile, como los "portonazos o encerronas de vehículos" y los tiroteos y ajustes de cuentas entre bandas dedicadas principalmente al narcotráfico.
