Esta tecnología permitirá saber si se realiza un pase hacia adelante, si el balón ha superado la línea de try, si ha sido tocado en vuelo, si ha salido por una banda y si un lanzamiento desde la banda fue derecho.
“Seguido en tres dimensiones y en tiempo real gracias a captores colocados alrededor del terreno para determinar su posición exacta”, el balón conectado suministrará de este modo un “retorno de información inmediata en cada patada, cada pase y cada lanzamiento”, explicó la instancia dirigente del rugby en un comunicado.
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El flujo de informaciones será puesto a disposición del juez del partido a cargo del video (TMO), que podrá utilizarlas para dar cuenta al árbitro central.
“Debido a su naturaleza emergente (...) y a la necesidad de iniciar una revisión completa de los resultados” al término de las pruebas, esta tecnología no será utilizada en el Mundial-2023 en Francia (8 de septiembre-28 de octubre), precisó World Rugby.
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