Un año después de su detención, los acusados se enfrentan a cargos de fundación de organización terrorista, mientras que de seis de ellos también se sospecha que apoyaron financieramente al EI con envíos de dinero a Oriente Medio.
Según la fiscalía del Estado los siete presuntos yihadistas se coordinaron para viajar a Alemania en la primavera de 2022, desde Ucrania, aprovechando los movimientos de población ocasionados por la invasión rusa.
Los hombres, con edades comprendidas entre los 21 y los 47 años y de nacionalidad tayika, kirguís y turkmena, se reunieron en varias ocasiones en Alemania para discutir posibles objetivos de atentados y cómo llevarlos a cabo técnicamente, siempre de acuerdo con la fiscalía.
No obstante, en el momento de su detención -que fue ordenada por el juez de instrucción del Tribunal Supremo- no habían llegado a concretar planes específicos.
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El grupo, al que pertenecían también posiblemente dos hombres detenidos en Países Bajos el año pasado, estaba en contacto con miembros en el extranjero de la rama regional del EI en Asia Central, el conocido como "Estado Islámico Provincia de Jorasán".