La historia de Colmar se remonta al siglo IX, y durante varios siglos fue un próspero centro de comercio y viticultura.
Su ubicación estratégica y su riqueza comercial la convirtieron en un punto codiciado durante las guerras que marcaron Europa en la Edad Media y Moderna. Como parte de la región de Alsacia, Colmar ha cambiado de manos entre Alemania y Francia en varias ocasiones, un detalle que ha influenciado su arquitectura única y su rica herencia cultural.
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Arquitectura en Colmar
Colmar es célebre por su increíble arquitectura, que parece haber desafiado el paso del tiempo. Su casco antiguo está lleno de casas con entramado de madera, un estilo conocido como “colombage” en francés.
Estas edificaciones, adornadas con floridas ventanas y tejados puntiagudos, crean una atmósfera mágica y encantadora.
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Entre las joyas arquitectónicas de Colmar se encuentra la llamada “Pequeña Venecia” (La Petite Venise), un idílico barrio cruzado por canales que corren paralelos a las casas de colores pastel.
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Este distrito, tan sumamente encantador, es uno de los aspectos que más transportan a los visitantes a un mundo fantástico, similar a los escenarios de películas.
Atracciones turísticas imperdibles
Además de su arquitectura singular, Colmar ofrece una riqueza de atracciones culturales e históricas que ningún visitante debería perderse.
El Musée Unterlinden es uno de los museos más importantes de Francia, albergando el famoso Retablo de Isenheim, una obra maestra del arte renacentista alemán. El museo también presenta una destacada colección que abarca desde la prehistoria hasta el arte contemporáneo.
Otro monumento notable es la Iglesia de San Martín, una impresionante estructura gótica del siglo XIII situada en el corazón de Colmar. Su majestuosa arquitectura y sus grandes vitrales transportan a los visitantes a otra época.
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Gastronomía alsaciana
Completar una visita a Colmar sin probar la gastronomía local sería dejar incompleta la experiencia. Colmar ofrece una cocina alsaciana rica y variada, con platos característicos como el “choucroute”, una variación del clásico chucrut, o el “flammkuchen”, una especie de pizza muy fina.
Los vinos de Alsacia, como el Riesling y el Gewürztraminer, son el acompañamiento perfecto para estas delicias.
Colmar como fuente de inspiración
No es de extrañar que Colmar haya sido una fuente de inspiración para artistas y creadores. Su arquitectura única y su ambiente encantador han inspirado a múltiples creadores, incluidos aquellos detrás de las películas de Disney.
De hecho, varios aficionados sostienen que algunas de las escenas más icónicas de películas como “La Bella y la Bestia” se inspiran en esta ciudad.