Los propietarios de las santerías coincidieron en que la imagen más requerida por los feligreses fue, es y seguirá siendo la de la Virgen de los Milagros de Caacupé, en diversos tamaños, materiales y formas de presentación. La Virgencita es el recuerdo que lleva consigo toda persona que visita la villa serrana.
Rosy Piñánez, empleada de la santería San Blas, comentó que ellos están en el negocio hace 10 años y que siempre se han dedicado al mismo rubro. En cuanto a las ventas dijo que sigue normal, pero que esperan subir al máximo en los próximos días. “Nos estamos preparando para los peregrinantes que lleven algún recuerdito a sus casas”, expresó. “Durante el año se vende muy poco, ahora hay más venta y va hasta febrero más o menos, pero el auge se da durante el novenario”, agregó.
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Ismael Rolón, encargado de la santería Laura, que está hace 13 años en mercado, sostuvo que las ventas aumentaron y que se espera elevar más en estos días.