La educación popular

Una de las principales figuras de esta práctica es el educador brasileño Paulo Freire, quien puso en práctica un plan de alfabetización de los oprimidos y divulgó por el mundo sus ideas al respecto.

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Entendemos la educación popular como "…un enfoque de educación alternativo dirigido hacia la promoción del cambio social". No promueve la estabilidad social, sino dirige su acción "...hacia la organización de actividades que contribuyan a la liberación y la transformación". El propósito central de este paradigma se vincula con la necesidad de que el proceso de cambio sea asumido por el pueblo. En consecuencia, "uno de los esfuerzos más relevantes es el de la educación de los grupos populares que son potencialmente capaces de actuar como agentes conscientes del proceso de cambio social".

Sus características:
· Su punto de partida es lo concreto, el mundo real de los sujetos de los sectores populares; descubrir las relaciones de opresión existentes, y los procesos que las formaron.
· Énfasis en el proceso, no en el resultado: Tiende a acentuar que las cosas no son como son porque sí, sino que tienen una razón y nacieron de determinadas causas y circunstancias. Tiende a valorar a la persona por su capacidad de crecer y no a juzgarla por lo que es. Su estilo de interacción es participativo y democrático.
· Las personas son protagonistas de su aprendizaje y pueden formar su opinión personal, al poder compartir la de otros y de otras, respetando las diferencias, los saberes previos, en cualquier tema que se hable, sin sentir la presión ni la influencia del maestro o de la maestra que en la educación tradicional aparece como la opinión que se debe adoptar como válida, como la mejor e incuestionable.
· Apuntalar la capacidad crítica: Es la libertad de pensar, de elegir y construir desde uno mismo una opinión, una idea.
· Convivencia: Que los chicos y las chicas partan de la noción que tienen por el respeto, separando los principios de orden, de carácter represivo, que implanta la escuela. La idea es transmitir que el cuidado del espacio nos involucra a todos y a todas por igual, tanto a los educadores y a las educadoras como a los educandos y las educandas.
· Papel pedagógico del error. Autoevaluación de los chicos y de las chicas: La autocorrección permite a la persona aportar aquello que sabe o que ha aprendido, haciéndola participe en el proceso educativo. La corrección deja de ser una instancia de evaluación ajena a él o a ella, donde se comprometen sus conocimientos con los del docente para pasar a ser parte del aprendizaje.
· Importancia de aludir al sentido de las actividades: Desde la educación popular, al ser considerado cada uno como sujeto, el educador o la educadora debe exponer al educando o a la educanda los objetivos de las actividades, permitiendo el cuestionamiento de las mismas.
· Desnaturalización de conceptos: Uno de los mecanismos que impiden el desarrollo de la capacidad crítica es la naturalización de conceptos. Por ejemplo, cuando se dice que la pobreza es natural, no nos preguntamos acerca de sus causas, no creemos que pueda solucionarse y, por lo tanto, no pensamos en ninguna solución. Creer que algo es natural, entonces, es no creer que pueda cambiar.
· Valorización de lo solidario por sobre lo individual: Es darle importancia al otro y a la otra, al que tengo o a la que tengo al lado, a la riqueza que hay en compartir, en ayudar, es descubrir lo que uno o una es capaz de dar y de lo que se puede recibir. Es tratar de reemplazar la competencia por la cooperación, para luchar contra el egoísmo y el aislamiento. Es tratar de reconocer la alegría del otro y de la otra en la propia alegría. Y de esta forma lo que descubrimos como una manera de relacionarnos con los y las demás, poder trasladarla a todos los ámbitos de nuestras vidas.
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