La televisión como una herramienta educativa

Desarrollar la capacidad selectiva y analítica frente a la TV., y no por ello dejar de disfrutarla, constituye un gran reto; aprovechándola en el proceso de educación formal, haciendo un uso educativo de este medio al incorporar otros códigos, no sólo el de la palabra escrita y hablada, sino aprovechando la imagen visual para alfabetizar.

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La televisión parece constituir un estímulo importante en el desarrollo de la capacidad de comprensión lectora, al favorecer la adquisición de destrezas cognitivas y lingüísticas, sobre todo en niños de nivel social bajo, que proveería los contenidos que no pueden extraer de su medio, y en niños con un CI relativamente bajo. Los logros de aprendizaje a partir de programas culturales o de entretención son incidentales (Uribe y otros, 1996).

Transmitiendo valores por medio de la tele
Programas educativos como “Plaza Sésamo”, por ejemplo, han arrojado beneficios que radican en el aumento de las habilidades para reconocer y nombrar letras, clasificar objetos, nombrar las partes del cuerpo y reconocer formas geométricas, además, los niños llegan a la guardería con un buen vocabulario y muy bien predispuestos a aprender a leer. Sin embargo, este programa no reduce las diferencias entre niños aventajados y aquellos con desventajas. Por otra parte, estos programas pueden enseñar a los niños a cooperar, a compartir, a ser afectuosos, amistosos, a controlar la agresión; cómo afrontar la frustración, y a terminar las tareas que emprenden.

La televisión por si sola es una mala compañía, pero con la guía apropiada es, definitivamente, un excelente medio de comunicación y de aprendizaje. Debemos, por lo tanto, escoger los programas y REGULAR el tiempo de permanencia. Puede ser una fuerte herramienta educativa si se escogen adecuadamente los programas, pero SIEMPRE con la presencia de un adulto maduro y bien intencionado que guíe al niño en su exploración visual. Debemos enseñar a nuestros hijos a VER televisión, analizando y criticando el contenido. La mejor enseñanza es el ejemplo. Cómo exigir a un niño que no se “pegue” al televisor si nosotros, los papitos ricos, venimos de trabajar y lo primero que hacemos aparte de pedir “mi comida”, es echarnos o sentarnos frente al televisor?

La televisión come medio didáctico: implicaciones
Cuando hablamos de televisión educativa, consciente o inconscientemente, estamos metiendo en el mismo concepto dos tipos de televisión que, pudiendo tener algunos elementos comunes, son significativamente diferentes:

La formación a distancia y los programas de televisión
Un primer tipo de televisión educativa se relaciona con la formación a distancia, y responde a planes perfectamente diseñados de formación reglada en campos concretos del conocimiento, que utiliza el medio televisivo como un instrumento más para tratar de aproximarse a los alumnos. La televisión trata de superar la distancia física entre emisores y receptores, a la vez que acerca determinados contenidos. Esta idea de televisión educativa tiene que ver con lo que decía sobre la enseñanza a distancia. Desde este uso educativo adquiere todo su significado, y justifica plenamente su incorporación al aportar su capacidad comunicativa.

La segunda acepción es la que hace referencia a los programas de televisión, que en soporte vídeo y rara vez en directo, son integrados dentro de diseños curriculares de enseñanza presencial. La televisión se transforma en un medio didáctico, en sentido estricto, que es capaz de mostrar determinados contenidos con una forma de representación diferente a las que utilizan otros medios, dejando de interesar su peculiaridad de superación de los aspectos espaciales entre profesor y alumno, y manteniendo el interés por los contenidos y la superación por esto del espacio y el tiempo.
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