La historia nos demuestra que es común que los que defienden ideas diferentes a la corriente sean tildados de locos. Miles de años atrás centenares fueron incluso condenados a la hoguera, por inquisidores de la iglesia Católica.
Cada cierto tiempo aparece una persona que es capaz, o, al menos se siente capaz de revolucionarlo todo, lucha por sus ideas, las lleva a la práctica o intenta al menos y allí pronto lo etiquetan de loco. Muchos terminaron recibiendo un reconocimiento cuando ya habían muerto.
Uno de estos locos más famosos es el astrónomo, matemático, físico, líder militar y hasta clérico católico: Nicolás Copérnico (en polaco Mikołaj Kopernik, en latín Nicolaus Copernicus), quien nació en Toruń, Prusia, Polonia, el 19 de febrero de 1473. Con el se inició los aportes a la astronomía moderna, en concreto él planteó que era el sol y no la tierra el centro del Universo.
Copermicus o Copérnico fue así a “un loco quien se cree que tiene derecho a ‘poner en movimiento la Tierra’ (sic) y ‘detener al Sol’”. Pero el mas castigado, incluso condenado a permanecer encerrado en su vivienda fue Galileo Galilei (Pisa, Italia, 15 de febrero de 1564 – Florencia, 8 de enero de 1642) fue un astrónomo, filósofo, matemático y físico italiano consideado el padre de la astronomía moderna.
Galileo fue obligado a arrepentirse y tildado de hereje por desafiar a la Iglesia Católica. La mejora del telescopio es uno de sus grandes logros junto con las observaciones astronómicas, la primera ley del movimiento y un apoyo determinante a la idea de Nicolás Copérnico.
Desde luego que Juan Díaz, el buscador del supuesto tesoro escondido no es Nicolás Copérnico ni Galileo Galilei, ni nada parecido a un científico, pero lucha por lo que cree, por lo que la experiencia y la corazonada le dicen. Si llega a desenterrar esos lingotes que con tanta firmeza y convicción cree que existen, su vida y la de muchos cambiará; sino, queda demostrado que la tecnología aún no es tan buena por ello los equipos utilizados para detectar metales preciosos falló.
De ser otros los objetos encontrados, los científicos o mentes brillantes que fabrican los aparatos buscadores de oro, ahora sabrán que deben mejorar sus sensores para que otro día estos equipos no sean engañados por tales o cuales cosas. Así lo hizo uno de los inventores más famosos, Thomas Edison, que para inventar la lámpara eléctrica antes tuvo que cometer 1.000 errores.
En una entrevista que se le había echo el periodista le preguntó:
-Sr. Edison, ¿se considera ud. un fracasado? Se lo pregunto porque en su camino a descubrir la bombilla eléctrica ¡fracasó más de 1.000 veces!
A lo que respondió Edison:
-"No fracasé 1.000 veces, encontré 1.000 maneras distintas de cómo no había que hacer el filamento incandescente" (Fuente: http://www.exitoyprosperidad.net)