Amor mal entendido

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Sigue tan vigente la vieja práctica, en la mayoría de los dirigentes de los partidos tradicionales, de trabajar por sus respectivas instituciones partidarias, más que nada para lograr un puesto con salario del erario público. Hablan del amor a su partido, de que mojaron la camiseta para llegar al poder, entre otros argumentos, y por ello pretenden ser retribuidos.

Los colorados celebran la vuelta al poder, y muchos seccionaleros y demás dirigentes de base no están muy contentos porque no pudieron conseguir los puestos, contratos y otras ventajas que pretendían y a cuyos privilegios están mal acostumbrados.

Son unos malcriados, y lloran como niños cuando no se accede a sus berrinches, lo que denota que no son colorados por convicción, sino por conveniencia.

Mi finado padre, que dicho sea de paso fue dirigente colorado en Fernando de la Mora, siempre decía “el fanatismo no me da de comer sino mi trabajo, mi profesión (él era albañil)”. Incluso entre bromas y en serio fue siempre tildado “vyro” por los demás, que se llenaban sus bolsillos de plata dulce mientras él mojaba su camiseta bajo el sol, ladrillo, tras ladrillo y en sus horas libres hacía política, su pasión.

El amor empieza por casa, y en ese sentido estas personas que dicen amar a su partido, primero deberían tener amor propio, capacitarse y conseguir un trabajo digno, para no tener que deber favores a ningún político, que luego se traduce en apoyo a un candidato que sólo busca llenarse sus bolsillos y repartir migajas al pueblo, siempre carente de salud y educación, esenciales para el desarrollo de una nación.

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Justamente el grueso del dinero público va al pago de salarios de gente improductiva, muchos tomadores y cebadores de tereré, niñeras de oro, entre otros. Estos seccionaleros deben de saber que no solo ellos quieren trabajar, que existen miles de jóvenes quienes desean acceder a un puesto laboral, y si bien llegaron al Poder, no es un botín del cual apropiarse.

Es más el dinero que mantiene las arcas públicas no solo proviene de contribuyentes colorados.

Amor propio y patriotismo antes que nada señores.

Hay que dejar de ser malcriados, de hacer berrinche para conseguir lo que en derecho no corresponde, y mojar la camiseta en serio, trabajando de verdad para salir adelante, a lo mejor no hay trabajo en oficinas de alguna institución pública pero siempre uno requiere un electricista, un plomero, empleada doméstica. Lo que falta es mano de obra de mandos medios.

La capacitación es la clave para muchos puestos, y si bien reconozco que lastimosamente éste es el país de los amigos, debemos estar preparados, capacitarnos para tener mayor oportunidad. Si no vamos a seguir desvalijando todo aprovechando nuestro turno en el poder, mientras cada vez aumenta la ola delictiva por falta de políticas públicas para atender el desempleo, la falta de mayor acceso a salud y a la educación que llevan al país al caos.

Desde afuera, es decir en el exterior, Paraguay está considerado como un país con mucho potencial e interesante para inversionistas, así lo sentí estando en una reunión de las Americas Society and Council of the Americas, en Nueva York. Incluso mencionaron que nuestro país, está estratégicamente bien ubicado, en el “corazón de América del Sur”.

Solo fala que nos desprendamos de nuestros egoísmos, y abracemos la bandera paraguaya, dejando de lado éste amor mal entendido que nos ciega y nos hace mucho daño.