General Caballero es de todos

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Atendiendo el derecho socavado por años de frentistas, por la seguridad, por el reordenamiento y el tránsito vehícular que soporta, el intendente colorado Albino Ferrer ni los concejales de San Lorenzo no deben permitirse que la calle General Caballero vuelva a ser ocupada por unas 200 personas en perjuicio de miles.

Invocando el derecho de llevar el pan de cada día a sus hogares, los vendedores han copado desde hace 25 años dicha arteria. Es entendible la postura de los vendedores, habida cuenta de que no existe creación de suficientes puestos de trabajo para absorber a la demanda.

No se puede desconocer que las autoridades nacionales y locales poco y nada han hecho hasta ahora para estimular y formar a ciudadanos en carreras de medios, tecnicaturas. Este es uno de los principales déficit que ya han invocado varias veces industriales y empresarios que a la hora de contratar gente preparada para las tareas no las encuentra.

Incluso a más de un ama de casa le habrá costado varias veces conseguir un plomero, electricista, incluso empleadas domésticas profesionales. Es así que la gente apela a que tiene que sobrevivir, cuando ya las papas queman y no tuvo oportunidad de formarse o simplemente no la aprovechó para acceder a otros tipos de trabajos más formales, y opta por instalar puestos de ventas por todas partes.

Y no por ello el trabajo de los vendedores del mercado deja de ser digno y respetable. El tema pasa porque la gente no aprendió todavía que el derecho de uno termina donde empieza el de la otra persona. Los dueños de viviendas, los frentistas, la gente que vive en el centro, estuvo por años en permanente por temor a que ocurriese, como finalmente ocurrió el voraz incendio el 4 de abril pasado, y que afortunadamente no registró víctimas fatales.

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Los vendedores deben de ponerse en lugar de los frentistas, hacerse la película de si van a permitir que decenas de puestos hacinados no les permita entrar y disfrutar tranquilamente de sus propiedades, que con años de sacrificio consiguieron. Ni siquiera pueden sacar a sus enfermos, ya que existen personas de avanza edad en la cuadra que requieren permanente asistencia, pero se niegan a abandonar su hogar, y quieren disfrutar en paz de su vejez tras pasarse la vida trabajando.

Otro tema es el tránsito. Un sanlorenzano que quiere pasar de un extremo a otro en el microcentro puede tardar incluso unos 40 minutos en hacerlo, que no iba a ser tanto desgaste si calle General Caballero no hubiese estado ocupada. Y convengamos que la ocupación de una calle es ilegal, así lo dice la Constitución Nacional, y se quedaron los ocupantes por 25 años en contubernio o por desidia de las autoridades municipales y judiciales.  

Es más los vendedores tuvieron la oportunidad de ser reubicados en el mercado que se habilitó y luego se tuvo que cerrar, en un predio de la ex cartonera Yaguareté, sobre la calle Defensores del Chaco, entre ruta Mcal. Estigarribia y Sargento Silva. También se le dio opciones en el remodelado mercadito Florida.

La gran pregunta es por qué se empecinan en estar en la zona céntrica, obstaculizando el tránsito, poniendo a diario en peligro la vida de frentistas, vecinos en general y la integridad de ellos mismos. Supuestamente porque la gente ya está acostumbrada a ir a comprar en el lugar y no va a ir a donde vayan, nada más fuera de la verdad, porque si prevén con las autoridades municipales que los ómnibus lleguen a un nuevo mercado y sobre todo si tienen puestos atractivos y buenos precios, la gente va a ir.

¿O acaso no hay gente de San Lorenzo y de otros municipios que va a hacer compras en ómnibus tanto del Mercado de Abasto como del Merado Cuatro de Asunción? Y se habla de grandes negocios que hacen con el sub alquiler de casillas, varios concejales entre ellos Nelson Peralta señaló que saben que más de uno tiene entre 4 y 11 puestos, y que muchos vendedores bajan de camionetas cuatro por cuatro.

Otras personas dijeron que la llave del negocio en la zona cuesta 30 millones, mientras solo pagan de canon diario 2.000 más 120.000 guaraníes al año. Ni hablar de la basura generada, del uso irregular de energía eléctrica y de muchos otros problemas, la cuestión es ser honestos, sinceros y trabajar acorde a las leyes, caso contrario cualquier grupo que se le antoje tendrá el mismo derecho de instalarse donde mejor les plazca, con la ley del mbarete, como el viejo Oeste Americano o la era de las Cavernas.

La ley es para todos, se cumple, no se discute.