Así lo indicó el economista uruguayo Carlos Bianchi, investigador responsable de un estudio que recoge información entre 2007 y 2019 sobre políticas de ciencia, tecnología e innovación vinculadas al desarrollo sostenible encargado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en el país suramericano.
La investigación compara este porcentaje con el de Brasil, que supera el 0,012 % de su PIB en inversión en innovación y desarrollo, y el de Argentina, donde la cifra es del 0,005 %, mientras que el promedio en la región es de 0,006 %.
Otra de las características de la inversión de Uruguay en esta materia es que, como en la mayoría de los países en desarrollo, los fondos públicos son los que se vuelcan a estas políticas, siendo “una inversión lejos de lo deseable”.
En concreto, en 2018, último año recogido por el estudio, la inversión pública en innovación y desarrollo fue de casi 300 millones de dólares estadounidenses, mientras que los privados gastaron poco más de 100 millones.
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
En contraposición a lo que ocurre en Uruguay, Bianchi señaló que en países desarrollados las empresas son las que más invierten en estos temas.
El informe detectó que Uruguay cuenta con más de 200 instrumentos de apoyo, de los que un 30 % fue aplicado solo una vez, dato que ilustra el “proceso experimental y de construcción de política pública” que Uruguay vivió en estos años, tras superar las consecuencias más duras de la crisis de principios de siglo.
Además, la investigación detalla que el 57 % de estas acciones están dirigidas a empresas, y algo más del 28 % a la academia. El resto se reparte a partes iguales entre las herramientas de fomento de la innovación dirigidas a organizaciones públicas y privadas.
En cuanto al tipo de instrumentos, el 72 % de las más de dos centenas de acciones identificadas son apoyos económicos, casi el 24 % a estudios o investigaciones y algo más del 3 % a servicios.
El estudio identifica que los temas que más aborda esta inversión en relación a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) son industria, innovación e infraestructura; trabajo decente y crecimiento, y educación de calidad.
A modo de conclusión, Bianchi señaló que Uruguay necesita una “destrucción creativa institucional” para poder alcanzar una transformación en este ámbito, así como mejorar sus esfuerzos de monitoreo y evaluación de estas políticas y promover un cambio cultural que permita poner en agenda y entender el rol de la ciencia, tecnología e innovación en pos del desarrollo del país.