Félix de Azara consignó en el manuscrito que este pájaro:
“es llamado por los españoles tijereta porque abre y cierra las dos plumas largas que tiene en su cola con alguna semejanza al abrir y cerrar de las tijeras. Su nombre es guaraní, significa pájaro tijera, aludiendo a lo mismo, y podría ser que entre los individuos tenga otro nombre, porque ellos no conocieron las tijeras; pero yo he preguntado su nombre a algunos indios y no me lo han sabido decir, lo que me hace creer que entre ellos no tiene nombre, cosa que es bastante común, porque solo se cuidan y han puesto nombre a las cosas más precisas y de su uso, que no son muchas en mi dictamen”, y en sus Apuntamientos que:
“le llaman [Tijereta] en Buenos Aires y Montevideo, y los guaraníes guiráyetapá (ave de tijera), aludiendo a que abre y cierra la larga cola volando como las hojas de unas tijeras”.
Bertoni lo catalogó como Tuguái yetapá, Tijereta, y Guyrá jetapá.
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Nuestro naturalista mató de un escopetazo al individuo que describió, del que señaló fue “el único que he tenido en la mano”; pero indicó que era de una especie común, no solo en el Paraguay sino también en Montevideo, aunque lo consuderó de pasa “porque solo en verano se ve en esta Provincia [del Paraguay] en bandadas que a veces llegan a ciento.
Mencionó, también en sus Apuntamientos que esta especie:
“Llega al Paraguay a medio septiembre, y desaparece en marzo”, y describió su nido.
Nomenclatura
Sonnini manifestó que el Tijereta de Azara era muy semejante al Savana de Buffon (al que este autor identificó con el Tyrannus tyrannus de Linneo), aunque agregó que presentaban entre sí numerosas diferencias de colores y costumbres, las que Azara -dijo- atribuía a errores de Buffon, con lo que concluyó que la identidad entre el ave de Buffon -que sostuvo estaba perfectamente descrita- y la de Azara resultaba muy dudosa.
El Tijereta de Azara es, en efecto, el Savana de Buffon que aparece retratado en la estampa iluminada número 571 (fig. 1ª) de Martinet con el nombre de Le petit Tyran de Cayenne, el cual Vieillot clasificó como Tyran savana o Tyrannus savana en su Histoire naturelle des oiseaux de l’Amérique Septentrionale : contenant un grand nombre d’espèces décrites ou figurées pour la première fois (1807, 1, p. 72, pl. 43), a partir de las referencias de Buffon (Le Savana); Linneo y Gmelin (Muscicapa Tirannus); Latham (Fork-tailed Flycatcher); y, Azara (Tijereta).
El epíteto que identifica a esta especie pertenece a la palabra taína con la que se designa a una llanura extensa y de escasa vegetación, la que Vieillot tomó de la descripción del Savana de Buffon en la que se lee: “Como siempre está en sabanas inundables -o anegadizos, de acuerdo con Azara-, el nombre Savana nos parece que le conviene”.

Costumbres y nido
Sobre las costumbres de su Tijereta comentó Azara:
“algunas se paran sobre algún árbol, mientras las restantes revolotean confusamente alrededor. Jamás la he visto bajar al suelo, aunque no acostumbra volar largo, se sitúan en los árboles, no entre ramas, sino en las puntas de ellas, de donde sale a coger al vuelo algunos insectos, y luego vuelve a su lugar, desde donde atisba su alimento, y no vuela a buscarlo sino a tiro seguro, y después que lo ha visto. Nada más sé de sus costumbres”.
En sus Apuntamientos agregó sobre éstas, y también sobre su nido, lo que sigue:
“Es muy común, no arisco, ni tiene diferencia sexual; y acomete a cualquier pájaro, como el suirirí guazú, en tiempo de amor. Se sitúa en lugar alto y despejado para embestir a los insectos, y también vuela alguna vez sobre las aguas y llanuras, pillándolos a manera de golondrina, y a veces baja por ellos al suelo. No se introduce en bosques: habita con indiferencia sus costas, matorrales y todos los campos secos o bañados, situándose sobre cualquiera varillas y escobas. Su voz más bien parece un castañeteo con el pico sin gracia ni mérito. El 26 de diciembre encontré su nido sobre un espinillo seco, único, y tan pequeño, que solo tenía cinco cuartas. Estaba fabricado con mucho barro, y el revoque interno era de raicillas con una especie de algodón. Era tan ancho y hondo, que nadie creería fuese del pajarillo. Tenía dos pollos sin pluma, y un huevo estéril blanco con manchitas de canela y pardas alrededor del extremo grueso y vientre, y en lo demás muy pocas. Sus ejes nueve un medio y ocho líneas. Noceda dice, haber sacado muchos nidos de los naranjos y matorrales; pero no tenían barro, y eran pequeños, hechos de broza, y los huevos blancos (…) Vuela con mucha facilidad, y es en cierto modo sociable, pues poco antes de ausentarse se junta en bandadas de 100 y 200 individuos; de los cuales algunos por las tardes están posados en la copa de algún árbol muy grande, frondoso y copudo, mientras los demás vuelan alrededor en torbellino confuso, cogiendo insectos y ejercitándose, y luego vuelven al árbol, de donde salen otros entreteniendo el torbellino. Dichos árboles son lugares de asamblea, donde se ven algunas tardes continuas hasta que parten; y al regreso vienen a pares, o en tropillas, que no tardan en dividirse en parejas”.
