Lalueza-Fox: el ADN revela migraciones pero también historias de desigualdad

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Elena CamachoMadrid, 16 ene (EFE).- Hace apenas diez años, las técnicas de secuenciación del ADN hacían realidad lo impensable: descubrir el pasado a partir de nuestros genes. Desde entonces, los estudios nos han mostrado cómo la historia, forjada a partir de migraciones y desigualdades, ha dejado huella en nuestro genoma.

"A medida que íbamos publicando trabajos me di cuenta de que los genes nos contaban cosas más sutiles. Contaban cómo se formaron las poblaciones y cómo se estructuraban socialmente, pero también mostraban historias de desigualdad", explica en una entrevista con EFE el biólogo y director del Museo de Ciencias Naturales de Barcelona, Carles Lalueza-Fox.

El prestigioso paleogenetista catalán acaba de compilar muchas de esas historias en "Desigualdad. Una historia genética", de la editorial Crítica, en el que reconstruye los diferentes patrones reproductivos de la historia.

- Pregunta: ¿Cuándo surge la desigualdad?

Respuesta: Gracias al registro fósil, sabemos que pese a la imagen idílica que tenemos de los cazadores recolectores, dejaron abundantes muestras de gran violencia. Pero si buscamos oportunidades para la desigualdad hay claramente dos momentos: la llegada de la agricultura, cuando las poblaciones se vuelven sedentarias, se pueden acumular los excedentes de comida -grano y ganado-, y se construyen murallas, y la otra, en la Edad del Bronce (Edad de los Metales), donde vemos estructuras palaciegas, reinos y élites guerreras que se entierran con ricos ajuares y en enormes estructuras funerarias.

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- P: ¿Qué impulsa la desigualdad?

R: La innovación tecnológica es una oportunidad de desigualdad. El ejemplo más impactante fue la llegada de los nómadas de las estepas hace 5000 años por el este de Europa y centroeuropa. Habían domesticado el caballo en Asia central. Imagina lo que tuvo que ser aquello para las sociedades neolíticas que nunca habían visto algo así: un hombre encima de un caballo. Eso representa no solo una movilidad sin precedentes sino también un arma militar sin igual.

Todas las oportunidades de desigualdad surgen así de sociedades avanzadas sobre tradicionales, poderosos sobre pobres, hombres sobre mujeres....

- P: ¿Quién ha sufrido más la desigualdad?

R: Las mujeres han sido sistemáticamente víctimas de desigualdad por dos factores: porque de forma natural son cerca de un 20% más bajas y menos robustas que los hombres de promedio y porque la desigualdad en el pasado está muy ligada a la reproducción. Se requiere un control muy fuerte sobre quien tiene la capacidad de tener descendencia.

El libro contiene varios ejemplos de esto, como el de Genghis Khan y sus descendientes que tuvieron centenares de concubinas y por tanto centenares de hijos cada uno de ellos. Esto, sumado al efecto multiplicador de la transmisión hereditaria de la riqueza, explica el éxito del marcador genético paterno de Genghis Khan. Además, piensa que por cada hombre con cien concubinas, hay cien hombres que no tienen pareja, y eso también hay que tenerlo en cuenta.

Otro ejemplo muy claro está en las poblaciones actuales de América: en Norteamérica, la comunidad afroamericana en promedio tiene un 24% de genes europeos y la mayoría tienen el cromosoma Y, es decir, la ascendencia paterna, europea. Eso significa que estas poblaciones se han forjado en periodos de desigualdad extrema entre hombres europeos y mujeres afroamericanas.

- P: ¿Han contribuido por igual hombres y mujeres a la diversidad genética?

R: Va por épocas pero en el pasado hemos encontrado sistemáticamente ejemplos de hombres poderosos que han tenido muchos hijos, desde sultanes otomanos a casos recientes, con mujeres son diversas (porque no puedes tener 500 hijos con una sola mujer). Eso significa que ellas han contribuido más a la diversidad genética actual que los hombres.

- P: ¿Que desigualdades ha desvelado la genómica que no vio la arqueología?

R: Los ejemplos más interesantes que para la arqueología eran imposibles de saber eran yacimientos de la Edad del Bronce, de Inglaterra, Alemania y otros países, con individuos enterrados con joyas y riquezas junto a contemporáneos que no tenía nada. Los análisis genéticos han permitido ver que eran varones de una misma familia y que los que no tenían riqueza no pertenecían a ella, sino que probablemente eran siervos o esclavos.

También se ha descubierto que las mujeres casi nunca tienen familiares enterrados con ellas, lo que significa que las mujeres vienen de fuera y consolidan su posición cuando tienen hijos. Es un mecanismo de patrilinealidad, es decir, clanes que transmiten la riqueza por líneas hereditarias, un patrón bastante prevalente en la Europa de la Edad del Bronce y desde la arqueología eso era imposible de saber.

- P: ¿Y en la Península Ibérica?

R: Probablemente el reemplazo genético que tuvo lugar hace entre 4500 y 4000 años. Hubo una desaparición de los hombres locales y surge el cromosoma Y de las estepas. En solo 500 años sustituyen el linaje ibérico del Neolítico y fue un proceso muy efectivo porque, de hecho, tenemos centenares de individuos de ese periodo y sigue sin aparecer ninguno con el cromosoma Y que había en la Península Ibérica a final del Neolítico.

- P: ¿Hacia dónde van las desigualdades ahora?

R: La estructuración social también opera en las sociedades occidentales aunque sea más sutil. Por ejemplo, en los últimos 50 años se ha observado que la gente cada vez se empareja más con personas de su mismo nivel educacional y socioeconómico y eso implica que la sociedad se está estructurando en capas.

Los economistas también ven un incremento de la desigualdad económica. Las cifras de riqueza ahora son planetarias (el 1% de la población acumula más del doble de riqueza que los 6.900 millones de personas del mundo). No hay precedentes de una desigualdad así, lo que sí hay es un historial de trastornos sociales y catástrofes asociados a episodios de desigualdad y eso nos dice que deberíamos intentar corregirla con los mecanismos económicos globales de que disponemos.