La base brasileña, ubicada en la Isla del Rey George, en la Bahía del Almirantado en la Antártida, es operada por la Marina de Brasil y recibe anualmente, durante los meses del verano austral en los que las condiciones de la región son tolerables, a decenas de investigadores de diferentes instituciones nacionales.
La primera estación fue inaugurada el 6 de febrero de 1984 para servir de base a los proyectos del Programa Antártico Brasileño (Proantar), que el Gobierno de Brasil puso en marcha en 1982 para promover la investigación científica y la presencia brasileña en la Región Antártica.
Tras un incendio de grandes proporciones en febrero de 2012, en el que murieron dos militares y se quemaron el 70 % de sus instalaciones, la base fue reconstruida y reinaugurada en enero de 2020 con una reestructuración total.
Con una inversión de cerca de 100 millones de dólares por parte del Gobierno, la nueva base tiene un área de 4.500 metros cuadrados, casi el doble de la superficie que ocupaba la antigua.
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Además de 17 modernos laboratorios, la instalación cuenta con una zona de alojamiento con capacidad para 64 personas y varios de los equipamientos más avanzados del mundo para el desarrollo de investigaciones científicas.
Tras su reestructuración, es considerada "una de las bases más modernas y seguras entre todas las estaciones instaladas en el Continente Antártico", según la Marina.
Para el nuevo período de operaciones, que comenzó en enero, la base recibió 63 investigadores, entre los cuales cinco extranjeros y de estos últimos tres mujeres de Chile, Ecuador e Irán.
"Actualmente la estación da soporte a 15 de los 24 proyectos de la 42 edición de la Operación Antártica del Proantar", explicó la Marina, que cuenta con el Navío de Apoyo Oceanográfico Ary Rangel y el Navío Polar "Almirante Maximiano" para apoyar los trabajos en la base.
El jefe de la estación, capitán de fragata Wanger Oliveira Machado, asegura que las instalaciones son esenciales para ubicar las investigaciones científicas brasileñas en primer nivel mundial.
"Brasil viene siendo una de las grandes referencias mundiales en las publicaciones en periódicos (científicos) y medios de alto impacto. Ese protagonismo es fundamental para que mantengamos nuestro estatus de Miembro Consultivo del Sistema del Tratado Antártico", afirmó el oficial, citado en el comunicado.
Brasil, que ha desarrollado en las últimas cuatro décadas estudios en la Antártida en las áreas de biología, oceanografía, meteorología y antropología, entre otros, es uno de los 29 países que posee estación científica en el continente blanco.
