La costilla, a la que se atribuye una antigüedad de unos 900.000 años, ha sido un hallazgo inesperado, ya que fue la Asociación de Vecinos del Estrecho de San Ginés, población del término municipal de Cartagena en la que se ubica Cueva Victoria, la que avisó de que un vecino la tenía en su casa. Al parecer se la había encontrado un familiar por casualidad hace bastante tiempo medio enterrada y la pudo sacar con facilidad.
Cuando fueron a verla, se encontraron con una costilla completa, de 1,40 metros, que se cree que podría ser de un mamut adulto, de unas 8 toneladas de peso.
Lo que no se esperaban es la zona en la que apareció, ya que no es objeto de investigación por motivos de seguridad, debido a la inestabilidad del terreno. “Es un gran descubrimiento y nos va a llevar a cambiar el concepto que teníamos de la cueva”, ha relatado a EFE Andrés Ros, quien cree que “puede que haya otra Cueva Victoria distinta dentro de la Cueva Victoria”.
Según Ros, el nuevo equipo de investigación del yacimiento, del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (Iphes) de Tarragona, “está muy ilusionado”. “Esperamos sorpresas”, ha augurado.
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No obstante, ha reconocido que este nuevo hallazgo debe ser limpiado, catalogado e investigado y que, además, habrá que estudiar cómo enfrentarse desde el punto de vista científico a la ubicación y acceso a la zona en la que ha aparecido.
En cuanto a las hipótesis más factibles sobre cómo ha llegado este fósil a Cueva Victoria, Ros ha comentado que el yacimiento funcionó como un cubil de hienas, por lo que lo más probable es que esté relacionado con la actividad de este animal carroñero. De hecho, en el hueso hay marcas que podría atribuirse a la actividad carnívora de hienas.
