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La carrera se disputará completamente sobre asfalto por primera vez desde 2009, es la undécima y, a la vez, penúltima prueba del campeonato mundial. Y el título podría resolverse este fin de semana en Salou.
A falta de dos carreras (la última se disputará en Monza, Italia, del 19 al 21 de noviembre), Ogier suma 190 puntos, por los 166 de Evans, de manera que el francés, vigente campeón, logrará su octavo título si consigue siete puntos más que su rival.
Aun así, Evans se agarra al triunfo conseguido hace unos días en Finlandia, en la prueba anterior. El galés aprovechó la quinta plaza de su competidor para recortar su desventaja de 44 puntos hasta los 24 actuales, tras ganar el rally (25 puntos) y el Power Stage (5).
Tanto Ogier como Evans, que el año pasado cedió el Mundial a manos del francés en la última prueba, forman parte del equipo Toyota Gazoo Racing, actual líder del Mundial de constructores con 441 puntos, por delante del Hyundai Shell Mobis (380).
El rally de Finlandia, además, eliminó al belga Thierry Neuville (Hyundai) al finés Kalle Rovanperä (Toyota) de la terna de candidatos al título mundial.
Neuville fue, precisamente, el ganador del último rally Costa Daurada que se pudo disputar, el de 2019. El español Dani Sordo (Hyundai), noveno en el actual Mundial, fue tercero, mientras que Evans y Ogier acabaron sexto y octavo, respectivamente.
Además de Sordo, la prueba catalana también contará con la presencia de otro español, Nil Solans, que debutará en la categoría reina, al volante de un Hyundai i20 Coupé WRC, con Marc Martí como copiloto.
Solans, campeón en 2017 del WRC3 y del Mundial Júnior, podrá medirse por fin, a sus 29 años, con los primeros espadas del WRC, otra de las atracciones del Rally de España.
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