La Federación Surcoreana de Fútbol (KFA) explicó que envió una carta a la Confederación Asiática de Fútbol (AFC) lamentando la actitud de Corea del Norte, que no permitió el acceso del público y prohibió el ingreso de los medios de prensa y la transmisión del partido entre ambas selecciones (volvían a enfrentarse después de treinta años) en el estadio Kim Il-sung por las Eliminatorias al Mundial Catar 2022. “Creemos que la AFC debería revisar si es necesario castigar a la federación norcoreana (PRKFA) por su falta de cooperación”, expresa el comunicado.
En julio, el sorteo designó a las dos Coreas en el mismo grupo, pero la KFA no supo hasta finales de septiembre que el partido se jugaría en Pionyang (hasta la fecha, Corea del Norte había optado por jugar todos sus partidos oficiales como local contra el Sur en China). Desde entonces, la PRKFA y otros órganos norcoreanos se negaron a responder a prácticamente cualquier consulta de Corea del Sur en materia de logística, en consonancia con el trato que el régimen ha dado al Sur desde principios de este año.
Tras el acercamiento diplomático vivido en 2018, Corea del Norte ha optado por endurecer tremendamente su postura ante el vecino país por la falta de avances en las negociaciones sobre desnuclearización con Estados Unidos, principal socio militar de Seúl. Finalmente no emitió visados para nadie a excepción de los jugadores y el cuerpo técnico surcoreanos: ni aficionados, periodistas o equipos de retransmisión televisiva del Sur obtuvieron el permiso especial que requieren para ir al Norte.
Además, el régimen norcoreano decidió sin previo aviso que el partido se jugaría a puertas cerradas. La KFA citó en el comunicado una cláusula del manual operativo para competiciones de la AFC para estudiar las mencionadas sanciones. El texto menciona que cada organización anfitriona “debe garantizar visados o acceso al territorio”, además de otorgar a miembros de la AFC y del equipo contrario, a aficionados que viajen para apoyar a su equipo y a medios de comunicación.
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El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, quien asistió al partido, expresó su disgusto por lo sucedido en Pionyang, al igual que han hecho varios miembros del Gobierno surcoreano.