El autor del primer gol de la Libertadores

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La Copa Libertadores de América comenzó a disputarse hace hoy exactamente 60 años. Fue en un partido entre el Peñarol de Uruguay y el Jorge Wilstermann de Bolivia. Carlos Borges fue el autor del primer gol del torneo más importante a nivel de clubes.

Borges fue un jugador destacado tanto en el Peñarol como así también en la selección de Uruguay.

Carlos Borges nació en el año 1932 y formó parte de la cantera del Peñarol de Montevideo donde debutó en el año 1946. Era un puntero izquierdo, hábil, punzante y con mucho gol, así lo calificaban los periodistas y aficionados de la época. Pateaba bien con ambas piernas. En el Mundial de 1954 disputado en Suiza le anotó tres goles a la selección de Escocia.

El primer juego de la Copa Libertadores tuvo lugar en el estadio Centenario de la ciudad de Montevideo, el 19 de abril de 1960, hoy se cumplen exactamente seis décadas de ese partido entre Peñarol y Jorge Wilstermann. El primer gol histórico fue de Borges, a los 13 minutos de juego. El propio Borges marcó el segundo en ese partido que fue goleada uruguaya por 7-1.

El futbolista uruguayo fue campeón con Peñarol de la primera Libertadores en la final que le ganó a Olimpia. Posteriormente fue transferido a Racing Club de Argentina. Cuando iba a la Argentina sucedió algo en el vapor que iba de Montevideo a Buenos Aires y cuya historia rescatamos de la página de la FIFA.

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Héroe del silencio

Borges jamás imaginó lo que iba a sucederle aquel 10 de julio de 1963, cuando en Montevideo subió al vapor “Ciudad de Asunción” para cruzar el Río de la Plata hacia Buenos Aires. A las tres de la mañana, Lucho sintió un gran golpe que, rápidamente, comenzó a ladear la nave.

“¡Levantate que nos hundimos!”, le gritó a su compañero de cuarto. Al llegar a cubierta todo era desconcierto, salvo por un marinero que pedía a todos que se ubicaran del lado opuesto de la inclinación “para balancear el barco”.

Una hora después llegó lo peor: la explosión de la sala de máquinas. Pese a la espesa niebla, muchos empezaron a tirarse al agua, buscando aferrarse a cualquier cosa que sirviese de flotante. Borges fue uno de ellos, agarrándose de un banco para salvarse. En este momento, una mujer gritó desde las llamas: “¡Por favor, no dejen morir a mi hijo!”.

Sin saber nadar, Borges se dirigió hacia la madre, quien tras dejar caer al niño se perdió entre el fuego. El jugador lo ayudó a llegar al banco, en el que estuvieron a la deriva por horas. Casi congelados, la ayuda recién llegó al amanecer a través de un barco argentino.

Tras recibir los primeros auxilios, el futbolista buscó al chico, que había sido llevado a otro lugar, y se enteró de que estaba bien, siendo testigo del reencuentro con su padre. Su madre fue una de los casi 70 muertos de la tragedia, según cifras extra oficiales, provocada por otro barco hundido.

Cuando llegó a Argentina, Borges, como el profesional que era, fue a entrenarse con Racing, en contra de la recomendación médica. Al rato se desmayó y recién entró en razón un par de días después, tras lo cual viajó a Uruguay para su recuperación.

El trauma lo persiguió durante meses, y si bien rara vez habló del naufragio, volvió a jugar en Platense, un club de la segunda división argentina, aunque jamás fue el mismo.

Borges se retiró en 1964 y, dicho está, falleció en 2014, pero la historia ya tenía un lugar reservado para él, tanto en el fútbol como en la vida.