La pandemia del covid-19 y la prematura eliminación de la Copa Libertadores generaron una crisis económica en Cerro Porteño. El club no está al día salarialmente con los jugadores (pagó febrero con cheque diferido a cobrar en julio), suspendió el contrato de varios funcionarios (temporalmente por noventa días) y mantiene una deuda con la Univeridad de Concepción por el pase de Diego Churín. En el último punto, la directiva de Raúl y Juan José Zapag solo pagó una de las tres cuotas que corresponden al cincuenta por ciento restante de los derechos del delantero.

La llegada de Churín a Cerro fue en junio de 2017 con la adquisición de la mitad del pase por 600.000 dólares y una clausula de rescisión de USS 2.000.000. Once goles y 17 partidos después, el Ciclón hace uso de la opción de compra de la otra mitad para tener el 100% del atacante. El valor de ese cincuenta restante ascendió a US$ 1.000.000 y el acuerdo entre el conjunto paraguayo y la Universidad de Concepción de Chile fue un pago en tres cuotas. El monto para cada abono fue de 346.667 dólares y los meses de desembolso fueron julio de 2018 y enero y julio de 2019.
Cerro no pagó en tiempo la primera cuota y recibió la demanda del club chileno ante la FIFA. El ente rector del fútbol mundial estableció una fecha límite y el Ciclón abonó. La misma historia se repitió con la segunda cuota, pero esta vez la sanción fue mayor: prohibición de inscripción y transferencia de jugadores, tanto en el ámbito nacional como internacional. Esa suspensión es hasta que la comisión directiva abone la deuda. Pero atención, la tercera cuota también está vencida y la Universidad ya recurrió al organismo con sede en Suiza.

Si Cerro no salda el dinero que corresponde a los chilenos por Churín, la siguiente notificación de FIFA podría incluir pérdida de puntos como sanción.
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