Admirado por su fortaleza física, potente pegada y calidad con el balón, Rincón murió luego de batallar por tres días contra un “trauma craneoencefálico severo” .
El espigado exjugador, quien vistió las casacas del Real Madrid, Napoli y Corinthians, escribió páginas épicas con la selección Colombia y el balompié brasileño, principalmente.
Se hizo un nombre en las canchas, que hoy lamentan su partida entre los recuerdos de su juego fino y potente. “Nunca quise ser como otro jugador. Por raro que suene, yo quería ser Freddy Rincón. Y eso fue porque todo me salía muy bien y cada vez jugaba mejor”. Así resumía el colombiano su unicidad.
