Un buen partido opacado por la violencia
En un entorno festivo, Luqueño salió a buscar otro triunfo ante su público. Arrancó con dinámica con los movimientos de Báez y Ruiz Díaz, los extremos que participaban de la gestación de los avances del conjunto auriazul.
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Guaireña perdió rápidamente a su volante marcador Toledo por lesión y de a poco fue saliendo con orden y se volvió punzante con los movimientos de su delantero Verdún y algunos momentos de desequilibrio de Núñez para mostrarse peligro con sus aproximaciones.
De a poco se fue apagando el ímpetu local para volverse un equipo previsible, factor que ayudó a los de Villarrica para ganar en confianza y generar otras situaciones que no tenían un final eficaz pero que marcaba el rumbo el partido.
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Lamentablemente se interrumpió el encuentro por un episodio más de las barras de Luqueño que revivieron otro momento violento con los policías que podían ser desbordados, pero tras casi 10 minutos de pausa las cosas se calmaron y volvió el juego pero todo se opacó por la violencia en las gradas y los rendimientos bajaron en el local, que se resignó con el empate.
Fabio Ruiz Díaz