De la tranquilidad al sufrimiento final

El encuentro comenzó con una fatídica acción defensiva para General Caballero, que derivó en el tanto de apertura en el marcador, ya que Valenti, en su intento de retroceder el juego hacia el portero Arévalos, no contó con que el balón se frene en la única parcela del campo en la que había agua acumulada, esa desgracia favoreció la presión de Gaona Lugo, quien quedó a merced de la definición y no falló.

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Ese tanto, en el amanecer el lance, desmoronó el plan inicial que tenía el local, que está acostumbrado a ceder el protagonismo y dañar de contra, pero se vio en la necesidad de cambiar de libreto, tomando la posesión del esférico y adelantando líneas para buscar el empate. Esa situación hacía que la Academia cuente con el escenario ideal para sacar provecho una de sus grandes virtudes, la velocidad por los extremos, para duplicar la ventaja.

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Con esa fórmula, Arévalo tuvo posibilidad de ampliar la ventaja con un disparo cruzado que sacó Gustavo Arévalos, pero “Piccolo” fue el encargado de gestar el segundo tanto, mediante un intento de autopase dentro del área, interrumpido con la mano de Rodas, que detectó Mario Díaz de Vivar, quien sancionó la pena máxima, que Juan Fernando Alfaro cambió por gol, con un disparo al medio.

Ante la necesidad, ya en el primer tiempo, el entrenador Héctor Ponce introdujo un par de cambios ofensivos, pero encontró la paridad recién en la etapa complementaria, mediante un error no forzado que nació con una descarga de Diego Martínez hacia Teo Arce, quien metió el centro pasado que encontró a Blasi, este sin noción posicional mandó el esférico al fondo de su portería. Un gol insólito.

En la recta final, los anfitriones reclamaron un penal, luego de que Gustavo Caballero haya derribado al “Chino” Martínez, pero un ligero desvío con un puntazo favoreció al extremo tricolor.

Arnaldo Gabriel Benítez (@GaboBenitez_5)