Admirador del “Saltarín”

[VIDEO] El hispano-argentino Alfredo Di Stéfano, leyenda del fútbol fallecido este lunes en Madrid, se declaró siempre fanático del paraguayo Arsenio Erico; a quien viera jugar durante sus años de niñez en Buenos Aires.

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Alfredo Di Stéfano, fallecido este lunes, fue una leyenda del fútbol. En compañía de otros nombres como Diego Armando Maradona, Pelé y Johan Cruyff; es considerado como uno de los cuatro jugadores más grandes de la historia del fútbol.

La “Saeta Rubia”, jugador habilidoso, rápido; de esos a los que era imposible sacar el balón una vez que se le pegaba a los pies; ganó todo a lo largo de una dilatada trayectoria. Sumó títulos con el River Plate argentino, club de sus amores; el Millonarios colombiano, y el Real Madrid español. Con este último fue con el que alcanzó quizás sus mayores proezas a ser parte del plantel merengue que ganó cinco Copas de Europa de seguido, una marca nunca igualada por otro equipo.

Pese a todo ello, Di Stéfano se rendía a los pies de otro jugador al que recordaba cada vez que podía. En toda oportunidad en la que se le preguntaba quien era el mejor jugador, si Messi o Cristiano Ronaldo; el hispano-argentino respondía con el nombre menos esperado tal vez, el de un paraguayo: Arsenio Erico.

Un joven Di Stéfano, aunque hincha del River Plate que alguna vez pretendió al paraguayo que optó por otro equipo; siempre iba a los partidos en los que Independiente jugaba de local, porque la cancha del “Rojo” queda cerca de su casa.

Allí sus ojos se maravillaron con las proezas de aquel jugador venido desde Asunción y que había cautivado a los dirigentes porteños durante una gira realizada por la selección paraguaya para recaudar fondos para tratar de ayudar a los soldados que afrontaban una guerra en el árido chaco.

Erico, el “Saltarín Rojo” atravesaba sus mejores años, estableciendo marcas que hasta ahora no han podido ser alcanzadas y grabando a fuego su figura entre propios y extraños. “Era un estilista; era diferente”, afirmó alguna vez Di Stéfano en el programa Simplemente Fútbol de la cadena internacional ESPN.

“Era un saltimbanqui. Saltaba como loco. Tenía una pinta muy buena. Jugaba muy bien, hacía cosas que no hacían los demás”, agregó en aquella oportunidad.

Una vez que saltó a la fama, Di Stéfano mantuvo su admiración por el paraguayo. Ya radicado en España, le mandaba saludos y cariños a través de los periodistas argentinos con los que se encontraba.

Según cuentan anécdotas, alguna vez el hispano-argentina le hizo llegar una nota en la que le decía al paraguayo: “Yo sólo he sido un pequeño imitador tuyo”.

De hecho, ambos comparten una “marca” que siempre los persiguió. Ni Erico, ni Di Stéfano consiguieron jugar un mundial con sus selecciones; el paraguayo por una cuestión de reglas de la Liga Paraguaya de su época; la “saeta” como consecuencia de una lesión que lo marginó de Chile 1962.

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