Dueño de un escaso palmarés, entre los que destacan un título en la Copa Sudamericana (ahora Copa América) de 1963 y una única clasificación a un Mundial en EEUU-1994, el equipo Verde va al certamen con poco rodaje y la esperanza, siempre esquiva, de clasificar a la segunda ronda.
A pesar de esa realidad, el nuevo técnico del seleccionado, Mauricio Soria, tiene como objetivo en la presente Copa “demostrar que el fútbol boliviano no está tan atrasado como dicen”.
Sin embargo, con los pies en el piso, admitió que “la realidad es que falta mucho por hacer” , ya que “el tiempo no ha dado” para un mejor trabajo.
A contrarreloj, Bolivia jugará este año un sólo partido de preparación, ante Argentina, en San Juan. Otro fogueo, frente a Venezuela, fue suspendido.
Ante la falta de preparación, el seleccionado boliviano decidió ingresar en concentración cerrada desde el 18 de mayo en la ciudad argentina de Mendoza, limítrofe con Chile.
Su principal figura Marcelo Martins Moreno, delantero del Changchun Yatai, un equipo de poco fuste del fútbol chino, se sumó a las prácticas de último, el sábado pasado. Mirando a Rusia
Por lo anticipado por Soria, la Copa América sería para Bolivia una suerte de laboratorio con vistas a las próximas eliminatorias sudamericanas al Mundial de Rusia-2018.
“Después de la Copa América vamos a volver a encaminar el trabajo”, adelantó el timonel, que asumió en enero en remplazo del español Xabier Azkargorta, héroe de la única clasificación boliviana a un Mundial, hace dos décadas.
Pese a sus prioridades mundialistas, Bolivia intentará hacer bien las cosas en el Grupo A en que está sembrado con México, Ecuador y el anfitrión Chile, una llave impredecible.
Quizás por eso, Soria llamó a un equipo renovado que aunque incluye a veteranos como el volante Pablo Escobar (paraguayo nacionalizado) o el capitán Ronald Raldes, contempla también a juveniles como Sebastián Gamarra, de las divisiones menores del Milán italiano.
El joven volante Martín Smedberg-Dalence, del sueco IFK Goteborg, se ha ganado, por ejemplo, un sitio en el equipo titular de Soria.
La Copa América “es un desafío muy lindo (porque) tiene su importancia y vamos a encarar (el torneo) de la mejor manera”, sostuvo el volante Damián Lizio, argentino nacionalizado boliviano, procedente del chileno O’Higgins.
A pesar del poco tiempo de preparación, “habrá mucha entrega en cada uno de los partidos”, para lo cual “los jugadores recurrirán a su amor propio y hasta al honor”, explicó Soria.
El primer partido de los bolivianos en el torneo será ante México el 12 de junio, en el estadio de Viña del Mar; luego ante Ecuador en Valparaíso, tres días después; y terminará la fase de grupos ante el anfitrión en Santiago, el 19 de junio.
Desde que Bolivia obtuvo el vicecampeonato en su casa, en 1997, nunca más volvió a superar la primera fase en las últimas cinco ediciones de Copa América.