El primer partido de Paraguay en el Mundial sueco fue contra Francia, el domingo 8 de junio de 1958. Tras un primer tiempo parejo en el que culminó empatado 2-2, con dos goles de Florencio Amarilla se fueron a los vestuarios con el sabor del deber cumplido. Así arrancó la segunda etapa y a los 5 minutos se produce el sorpresivo tercer tanto albirrojo por intermedio de Jorge Romero.
Sin embargo la diosa fortuna estuvo a favor de los franceses, porque en medio de los festejos de los paraguayos luego de convertirse el tercer gol, se vino una torrencial lluvia, que se acercó a una tormenta. Enseguida empataron los europeos y siguieron convirtiendo aprovechando que los compatriotas no podían permanecer de píe.
Así en condiciones anormales para los nuestros, que estábamos acostumbrados a suspender nuestros partidos locales apenas cayeran algunas gotas, llegó a siete la cuenta francesa, con tres tantos Just Fontaine, que sería el goleador del Mundial con 13 goles. Cifra que hasta Brasil 2014 no fuera alcanzado para un solo Mundial.
Años después Aurelio González, entrenador de aquella selección, declaró a un medio de prensa escrito: “Ese partido contra los franceses no lo íbamos a ganar nunca. Nosotros solo teníamos zapatos de fútbol con taquilla baja, mientras que nuestro rival apenas empezó a llover se cambiaron para usar los tapones altos”. Estaba todo dicho.
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