En su primera entrevista tras su regreso a España, en los medios del Sevilla, en sustitución del destituido Julen Lopetegui, el argentino dijo que tienen que "recomponer al equipo en un corto plazo de tiempo", algo de lo que él y su cuerpo técnico son plenamente conscientes, y "buscar soluciones dentro de esta plantilla", para lo que cree fundamental "las capacidades" y la adaptación a "una idea global de juego" de sus jugadores.
"Tengo que optimizar lo que tengo y en un futuro, cuando haya posibilidad de incorporar algún refuerzo y el mercado lo permita, poder tener otras piezas. Debemos ser un equipo con capacidad de jugar, de buscar siempre el marco rival, y los jugadores, con sus características, tienen hacerlo desde el lugar que puedan, no desde el que yo quiera en este momento", explicó.
Con "ilusión" y "muchas emociones" por su regreso a un lugar donde fue "feliz", pero con la diferencia de que en el verano de 2016 empezó a dirigir a un equipo construido sobre su idea futbolística, Sampaoli aseveró que llega "con un aire de energía para profundizar en determinadas cosas en un corto plazo" de tiempo.
Añadió que, a partir de hoy, buscarán desarrollar "una idea distinta", con "comprensión y atención" y con un calendario "muy exigente" antes del Mundial que tampoco va a dejarles "tiempo para mucho trabajo físico", por lo que ahora quieren centrarse en "una reconstrucción del juego" que les permita "superar a los rivales con buenas ideas globales", pues, de lo contrario, "seguramente" seguirían "sufriendo" como desde el inicio del curso.
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"El fútbol y la vida te pone en estas circunstancias, no siempre va a tener uno la posibilidad de ganar siempre. Hoy tocó esto y hay que estar unidos. La unidad es fundamental para todo lo que viene, desde el presidente hasta el utillero, y que no haya reproches, saber que ésta es la plantilla y que hay mejorar la forma y tener respeto sobre la idea actual", indicó.
Para el exseleccionador de Argentina, combinado al que llegó tras dejar el Sevilla después de su único año en Nervión (2016-17), "el pasado de este equipo fue muy bueno durante tres años, no así al final, y ahora hay que recurrir a herramientas que permitan modificar la idea" y que los futbolistas recuperen "la alegría de jugar y de no sufrir".
Precisó que el club le ha trasladado "la necesidad de salir del mal momento, de reconstruir y de que los de dentro transmitan emociones" a la afición, "y no al revés", pues el Sevilla es decimoséptimo en LaLiga y, con un solo punto en las tres primeras jornadas, tiene bastante complicado pasar a los octavos de la 'Champions'.
"Llegamos a un lugar con una plantilla construida para otro estilo juego, hay adaptarse a eso, y tratar de recomponerse rápido porque llegan rivales muy fuertes en las dos competiciones y hay que estar a la altura de ellos, en un corto plazo de tiempo, y que eso nos permita armar estrategias de lo que queremos hacer", insistió.
Sampaoli avanzó que, a priori, su idea es que su equipo, aparte de no "derrumbarse" cuando encaja un gol, tenga más presencia arriba y "más volumen de ataque, con muchos más jugadores entrando en el campo rival con posibilidad de aplastar al adversario, y no jugar un partido ida y vuelta", pues ahí surge la "diferencia física".
Admitió que este reto es "más difícil" que el de su primer ciclo en Sevilla, pues entonces se construyó un plantel en torno a su "manera de entender el fútbol" y con jugadores a los que elogió como los franceses Nasri, Ben Yedder o Lenglet, entre otros, una etapa en la que disfrutaba al ver "cómo jugaba el equipo".
"Ahora necesitamos darle tranquilidad al jugador para que desarrolle lo que pensamos y sus emociones tengan ver con estímulos de seguridad, pero buscar respuestas diferentes", advirtió el argentino, para quien en los últimos años "hay un vacío social que se trata de llenar con el fútbol" y por el que, en general, el jugador se siente "siempre obligado y observado en esta sociedad de la producción", lo que afecta mucho a su rendimiento.