Aún metía mucho miedo el estadio de Colón, que por un tiempo fue llamado Eva Perón y tras el golpe de Estado que derrocó a Juan Domingo Perón fue renombrado como Brigadier General Estanislao López en honor al caudillo argentino que gobernó la provincia de Santa Fe entre 1918 y 1938.
Al margen de tanta historia, el escenario terminó convirtiéndose en el destino que muchos rivales querían evitar. De ahí que se le llamara popularmente el 'Cementerio de los Elefantes'.
No era para menos. De esa cancha salieron perdedores el Santos de Pelé, una selección de Argentina, y potentes versiones de Peñarol, Millonarios, Olimpia, Universidad de Chile, Alianza Lima y Atlético Mineiro.
Pelé y Santos visitaron Santa Fe en 1964 siendo bicampeones intercontinentales y en el 'Cementerio de los Elefantes' dejaron un invicto de 43 partidos al caer por 2-1 ante Colón.
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El mismo equipo rojinegro poco después derrotó en su cancha por 2-0 a la Albiceleste, y años después, en 1967, venció a Peñarol, que meses antes había levantado la Copa Intercontinental.
La alegría por el debut internacional del club Sabalero no le duró ni media hora a sus seguidores.
A los 25 minutos el defensor visitante Celso Ayala despejó un pelotazo profundo, de unos 40 metros, que se tornó letal al caer el balón en un montículo del área de Colón.
La bola tomó otra dirección tras describir una parábola sobre el sorprendido guardameta Leonardo Díaz, y se introdujo en su portería.
Cero a uno para River Plate y silencio sepulcral en el 'Cementerio de los Elefantes'.
El desconcierto fue total, Colón no volvió a ser el mismo equipo punzante, y River Plate puso la puntilla en el minuto 54 con un tanto de Marcelo Escudero.
Ni siquiera el descuento para el 2-1 final fue de los locales. El defensor Juan Pablo Sorín anotó en propia puerta.
A la mañana siguiente los directivos y la comisión técnica de Colón no necesitaron debatir mucho para encontrar explicaciones a la derrota, que comenzó con ese gol de efecto extraño que sorprendió al portero Díaz.
La primera medida fue echar al encargado de cuidar el césped del 'Cementerio de los Elefantes', el jardinero Marcelo Díaz. Por ironía, el padre del portero titular del equipo.
