"No voy a matizar nada. Lo que he dicho es lo que he dicho. Estaba caliente. A lo mejor no he utilizado los términos correctos, pero el concepto de lo que he dicho es que o nos vamos a jugar la vida o nos vamos para abajo. No hay más. No hay desunión en el vestuario ni mal rollo. Hay gente encabronada porque estamos en una situación peligrosa. Pienso lo mismo. O le echamos huevos o nos vamos para abajo. Eso es lo que más o menos quería decir", dijo.
"Estamos en una situación muy complicada en la que recibes un gol muy pronto en casa y te quedas con uno menos. Quizá la presión por la situación en la que nos encontramos puede ser que jugadores no den el nivel al cien por cien debido a la situación. No creo que nadie en el equipo quiera bajar o dar todo. Pero si no se aprieta, nos vamos para abajo. Lo que quiero es dar un toque de atención a todo el mundo por la situación que estamos viviendo. Y cada uno que lo coja como quiera", agregó.
Respecto a la derrota frente al Almería (1-2), indicó que la expulsión de Djené Dakonam al filo del descanso fue determinante después de un primer acto en el que sus rivales "tampoco hicieron muchas ocasiones".
"Puedes llegar mejor o defender mejor, pero es trascendental quedarte con uno menos perdiendo. Es parte del fútbol, te puedes quedar con uno menos. Puede haber un fallo, puedo fallar yo. Pero hay que echarle huevos. Quedan 21 puntos, siete partidos. Esta en nuestra mano. Mañana podemos caer en descenso o no. Más claro no lo puedo decir", finalizó.
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