La clasificación en la noche de este jueves para los cuartos de final de la Liga Conferencia después de golear al Vitoria de Guimaraes (0-4) portugués le suscitó al entrenador de Santiago la misma reflexión que cuando, tras perder en Vigo por 3-2 cuando iban ganando 0-2, vivió sus peores momentos en el banquillo verdiblanco en sus cinco temporadas en el barrio de Heliópolis.
Ese 2 de febrero en Balaídos el Betis llegó tras empatar a dos con el Athlétic de Bilbao en casa (2-2) en sendas jugadas "a pelota parada", en expresión de Pellegrini, y fue acabar el duelo ante los gallegos y empezar a aparecer agoreros y profetas del cambio de ciclo a los que el entrenador bético les puso la misma cara que desplegó tras la noche en el 'Afonso Henriques'.
Desde Vigo, el Betis no ha parado de ganar, en Liga Conferencia al Gante belga y al Vitoria portugués; y en la competición liguera, a la Real Sociedad (3-0), Getafe (1-2), Real Madrid (2-1) y Las Palmas (1-0), serie en la que "justamente lo fundamental fue no cambiar nada" porque "en momentos complicado de resultados, fue importante mantener la convicción para seguir la ruta de los entrenamientos".
Como un 'Gatopardo' a la inversa, Pellegrini no cree que haya de cambiar algo para que todo siga igual, sino que no hay que cambiar nada de lo que se hace bien y, para ello, encomendarse además a los "rendimientos individuales" de jugadores en los que cree, por los que apuesta y a los que aguanta contra viento y marea.
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El último de ellos ha sido el delantero congoleño Cédrick Bakambu, autor de dos goles en el 'Afonso Henriques' tras marcar en la ida en el Villamarín y que, en su condición de 'Bakagol' o 'Príncipe de Montequinto, como le han puesto desde el club, le ha dado la razón a Pellegrini y a su fe en el punta "después de una lesión grave que lo tuvo cinco meses parado y ahora está demostrando el nivel que siempre mostró en su carrera".
No es novedoso el caso de Bakambu porque el chileno siempre apuesta por lo que tiene, no se queja cuando se le van jugadores, y han sido muchos, y le da el visto bueno a futbolistas con más información que el resto de los mortales y que le terminan dando la razón, el último de los casos el del extremo brasileño Antony Dos Santos, decisivo en aportación, goles e implicación desde su llegada a préstamo desde el Manchester United.
Por eso, ha creído siempre en el portugués William Carvalho, apostó por el regreso al Betis del argentino Giovani Lo Celso, avaló en el mercado de invierno el fichaje del colombiano Cucho Hernández y, en su línea de tirar de cantera, ha 'hecho futbolista de Primera División' al canterano Jesús Rodríguez, entre otros logros.
Aunque el mascarón de proa de las apuestas contra viento y marea del chileno ha sido Isco Alarcón, por quien apostó decididamente cuando muchos lo daban por acabado para el fútbol tras su paso efímero y convulso por el Sevilla.
Pellegrini sigue el axioma de que quien sólo el que tiene el duro es quien puede cambiarlo y, con Isco, no iba a ser una excepción desde que se lo llevó al 'Euromálaga' en 2011 y, dos temporadas más tarde, también quiso ficharlo cuando se fue al Manchester City, por lo que lo del Betis sólo ha podido sorprender a todos menos a él.
"Lleva así mucho tiempo y ha vuelto de la lesión seis meses después con la misma calidad y compromiso que ha demostrado desde el primer día que llegó", dijo del de Benalmádena quien puede devolverle a la selección española, lo que se frustró por su lesión en la pasada Eurocopa.
Pellegrini destaca los rendimientos individuales de los demás como rehúye del suyo desde ese cartesianismo irrenunciable que le hace afirmar que "no se puede estar pensando en la final sin haber jugado aún los cuartos" y con la mente en el duelo ante el Leganés y en LaLiga porque "el partido más importante es el siguiente".
También "a pelota parada", destaca la importancia de la Liga porque "cuando miras los puntos están ahí adentro" frente a "competencias" más inestables como las de eliminatoria; y en todas, con el agua en el tobillo cuando a otros les llega al cuello por su fe inquebrantable en los 'rendimientos individuales'.
